El trabajo final de grado: entre la dificultad para ser un sujeto de discurso y una espera tan deseada como temida

El trabajo final de grado: entre  la dificultad para ser un sujeto de discurso y una espera tan deseada como temida
Foto: Lum3n

Por Tania Presa

El primer paso para aligerar las preocupaciones que asedian al que escribe es tomar conciencia de que ellas existen en general para todos, aun para los escritores profesionales, y también es necesario ser consciente de cuál o cuáles son las más acuciantes para cada autor y encontrar el modo de resolver el conflicto que se plantea, para que no lo paralice.
(Marín, M. 2015, p. 28)

Durante la recta final de su trayecto formativo el estudiante de educación terciaria, superior o de posgrado se enfrenta a un momento que aparece tan esperado como temido: la elaboración, entrega y defensa de su TFG (trabajo final de grado). Esta instancia se presenta como dicotómica, oscilando entre el deseo, la ansiedad, el disfrute de su concreción y el temor,  las dudas e incertidumbre tanto respecto a la capacidad para lograrlo como del momento de su entrega y defensa.

La ambivalencia de esta experiencia, tiene como causa la mayoría de las veces la dificultad que presenta el estudiante al tener que producir una escritura académica. De acuerdo a Desinano (2008, citado en Hall, 2015), las carencias que este tipo de escritura evidenciada en los estudiantes de final de grado, no guarda relación con el desconocimiento de la lengua, sino con la incapacidad para convertirse en un “sujeto de discurso”, es decir en aquellos aspectos de iniciación e incursión en lo que refiere al discurso científico. El acercamiento a este tipo de producción textual suele darse en el último año de egreso, donde se combina la ansiedad por la obtención de la titulación con la falta de propuestas de alfabetización académica (Carlino, 2006) del estudiante durante su formación.

El proceso de escritura académica, sobre todo en su etapa inicial, suele ser moy movilizador, sobre todo si se trata de un escritor novato, el cual en muchas ocasiones atraviesa lo que se conoce desde la Psicología como el “bloqueo del escritor” o el temor a enfrentarse a la hoja en blanco. Hay muchos factores que aparecen asociados con esta experiencia y que devienen en la obstaculización para culminar la escritura. Este proceso se ve atravesado por aspectos emocionales, cognitivos e institucionales, que incluso pueden inducir a situaciones en las que:

se observa una disminución de la autoestima; bloqueos, falta de voluntad para continuar, dudas neuróticas, hipercrítica hacía sí mismo, desvalorización de pensamientos autodescalificadores, obsesivos, desamparo, profecías negativas de autocumplimiento, dificultad en tomar decisiones.  (Valero, 1994, p. 129)

El TFG es un escrito académico, por tanto, un discurso científico-académico de carácter escrito a través del cual el estudiante demuestra contar con ciertas competencias del área, disciplina o campo del conocimiento sobre el que investiga, además de habilidades reflexivas y comunicativas. El TFG puede adoptar una modalidad de producción individual o en equipos, según la reglamentación de la carrera que se trate. Entre los trabajos de este tipo se encuentran: las tesis, tesinas, ensayos, papers o artículos científicos, pre-proyectos de investigación y monografías. Este último tipo es sobre el cual nos centraremos en este artículo.

El discurso científico-académico ha de caracterizarse por ciertos rasgos: la precisión, la claridad y objetividad, a la vez que no ha de dar lugar a las confusiones, ambigüedades o errores de interpretación (Montolío, 2000, Parodi, 2007). La presencia de estos rasgos da pertenencia al texto dentro de un determinado tipo de género discursivo, que de alguna manera es desde donde se fundamenta y justifica la manera en que el texto está escrito. Es decir que cada texto académico responde a una determinada secuencia textual, que podrá ser explicativa o argumentativa. En el primer caso, el objeto de estudio es presentado mediante una descripción  de sus elementos y funcionamiento, por lo que implica la exposición de una hipótesis explicativa. En el caso de la argumentación, el objeto de estudio se expone a través de la contrastación de hipótesis y de las relaciones entre variables (Koval, 2015).

Bajtín (1979) diferenció dos grandes grupos de los géneros discursivos: los simples y los complejos. Los simples refieren a los textos cotidianos, de comunicación coloquial, como pueden ser los diálogos familiares, las interjecciones, cartas, onomatopeyas, etc., mientras que los secundarios se construyen a partir de los simples, pero responden a una mayor complejidad y en su  mayoría, son transmitidos en forma escrita, sobre todo en los que refieren al ámbito académico de educación superior.

En líneas anteriores se explicitaba como uno de los tipos textuales o secuencia textual que puede adoptar un determinado discurso académico complejo, es la explicación. Para este tipo textual, la monografía es un claro ejemplo de dicho tipo. Podemos definir al trabajo monográfico como un escrito académico donde el autor demuestra tener habilidades para explicar un determinado tema, organizar la información, que podrá girar en torno a una cierta premisa o hipótesis de trabajo, exponiendo el estado del arte o de la cuestión en torno a la temática elegida, exponiendo un análisis en torno a la hipótesis interpretativa que se explicita o la postura que se persigue  (Koval, 2015).

A lo escrito, sumamos  dos concepciones sobre el texto monográfico que van en la línea de lo que se quiere desarrollar en este artículo. Por un lado, la idea de monografía como:

el tratamiento por escrito de un tema específico estudiado e investigado (…) requiere un previo adiestramiento en las técnicas de lectura, de estudio, de fichado bibliográfico, de metodología de la disciplina que se cultiva y hasta de la escritura de informes (…) Una monografía bien hecha puede convertirse después de una tarea de ampliación y reajuste en un trabajo de investigación mayor. (Botta, 2002, p.19).

Por otro lado, la concepción de la monografía en relación a la diferenciación de otros géneros académicos, a decir de E. Ander Egg, la monografía:

No es una tesina, ni una tesis; ni una ponencia, ni un artículo científico. Lo primero que debe estar claro en la mente de la persona que tiene que elaborar una monografía es la diferenciación conceptual que existe entre distintos tipos de textos “expositivos” o “argumentativos” (…) Digamos ante todo que una monografía, en sentido amplio del término, es una descripción, narración o exposición explicativa sobre una determinada ciencia, disciplina, tecnología o asunto en particular. (Ander Egg, 1997, p.9)

No todos los textos monográficos persiguen los mismos objetivos y esto se debe a que no todas las monografías son del mismo tipo. Este es un punto importante a saber, que quien se afronta al proceso de producción de un trabajo monográfico deberá de dilucidar, optando por un tipo de monografía. En este sentido, los aportes de Susana Finquelievich (s.a) nos ayudan a clasificar los tipos de monografía y sus elementos de la siguiente manera:

Monografía de Compilación Monografía Investigativa Monografía de Análisis de experiencias
Resumen (opcional).

Introducción:

-Presentación/delimitación del tema o problema que aborda, destacando su relevancia.

-Antecedentes de abordajes del tema escogido, implica hacer referencia a los trabajos anteriores dedicados al problema)

-Objetivos

-Estrategia metodológica

-Desarrollo

-Conclusiones

-Referencias bibliográfica

-Anexos

Resumen

Introducción:

-Presentación del tema, del problema de investigación y del proyecto.

-Antecedentes de abordajes de tema escogido. Esto implica hacer referencia a los trabajos anteriores dedicados al problema.

Desarrollo: Se deberán incluir los siguientes ítems.

i. Objetivos (General/es y específicos)

ii. Justificación (antecedentes, marco teórico, relevancia)

iii. Metodologías

iv. Enfoque metodológicos

v. Análisis de resultados

vi. Conclusiones y recomendaciones

e) Citas y/o Referencias Bibliográficas

f) Anexos

Resumen (opcional).

Introducción:

– Presentación/justificación del ejercicio de sistematización.

-Antecedentes.

-Objetivos

– Estrategia metodológica.

Desarrollo: se deberán incluir los siguientes ítems:

i. Antecedentes. Situar la experiencia seleccionada, en relación a anteriores.

ii. Contexto histórico.

iii. Marco Institucional.

iv. Desarrollo de la experiencia.

v. Análisis.

h) Conclusiones.

i) Citas y/o Referencias Bibliográficas.

j) Anexos.

Como vemos la organización de la monografía, podrá adoptar cierta estructura y componentes según el tipo de trabajo monográfico que adoptemos, más allá de que los tres tipos mantengan aspectos comunes. No es posible dada la extensión de la presente comunicación detenernos en cada uno de los elementos de la estructura organizativa de la monografía, por lo que realizaremos una breve síntesis sobre el punto de partida de todo trabajo monográfico: la elección del tema, que a su vez guarda estrecha relación con la situación problema identificada sobre la que girará el estudio.

El tema, entonces, es la primera decisión que el autor de un trabajo monográfico debe tomar. Para ello, conviene atender a aspectos tales como: sentir interés personal, que  sea sencillo, que esté claramente delimitado, que implique un desarrollo escrito de poca extensión (regularmente un trabajo monográfico oscila entre las 30 y 50 páginas), que implique un aporte al conocimiento del objeto de estudio, aunque no por ello es indispensable configurarse como original, pues seguramente nadie descubrirá la “pólvora” como dice la frase coloquial, a través de una monografía, pero sí puede ser una oportunidad para poner en juego desde un discurso científico la creatividad y originalidad al momento de la elección temática.

Cuando se formula el tema, el mismo aparece íntimamente relacionado con otro de los elementos esenciales de un trabajo monográfico: el problema. El mismo no debe ser concebido siempre desde una connotación negativa, sino que puede ser formulado como una interrogante, preocupación o situación que presente cierta dificultad, siempre que su abordaje no implique la siguiente lógica:

Para un problema A —— la solución es B

La formulación del problema debe apoyarse en una lógica de pensamiento que permita pensar en:

Para un problema A —— la solución puede ser B, C, D, E…

Desde este tipo de razonamiento, lo que se quiere ver es la importancia de pensar e identificar el problema desde una perspectiva de complejidad, aspecto relevante en todo discurso académico bien formulado. En este sentido, vemos en la propuesta de E. Ander Egg (1997), una posibilidad de recorrido para la identificación del problema en relación a nuestro tema elegido:

Descomposición dimensional del problema

¿Cuál es el problema? Punto de partida. Identificación del problema. Formulación en un enunciado preciso e interrogantes.
¿Cuáles son los datos del problema? Dimensiones del problema. Aspectos principales y secundarios.
¿Qué se ha dicho sobre el problema? Literatura a consultar sobre la temática.
¿Está bien definido? Definir el alcance.
¿Qué pretendo con la monografía en relación al abordaje del problema? Finalidad y aporte al problema.

Producir un texto académico y dentro de este tipo, el monográfico, no es tarea menor, mucho menos cuando los estudiantes se ven enfrentados a este desafío al término de sus carreras, no habiendo tenido la oportunidad auténtica a lo largo de su formación de ponerse en el lugar de autor de textos académicos, de tener experiencias de alfabetización académica (Carlino, 2006) de llevar a la práctica el esfuerzo de introducirse en la comunidad letrada, disciplinar, de un campo de estudio específico que los atañe. Cuando el proceso de elaboración del trabajo monográfico se inicia, o quizás con anterioridad, el estudiante comienza a transitar por una etapa en que, utilizando el título del libro de Gloria Pampillo (2004), tiene “una araña en el zapato” que lo acompañará hasta el último momento de la entrega y defensa de la monografía y que quizás continúe a través de proyecciones que impliquen futuras investigaciones, iniciar nuevos estudios, conformar equipos de trabajos, presentar proyectos, etc. Entonces, que la monografía no sea solo el cumplimiento de un requisito de egreso y pase a ser esa araña en el zapato que si bien molesta, invita a seguir pensando, buscando, leyendo, escribiendo, con deseo y quizás también con temor.

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Referencias:

  • Ander Egg, E. (1997). Guía para preparar monografías y otros textos expositivos. Argentina: Lumen.
  • Carlino, P. (2006). Concepciones y formas de enseñar escritura académica. Un estudio contrastivo. Bs. As.: CONICET.
  • Finquelievich, S. (s.a). Redactando textos científicos: prácticas actualizadas de escritura en ciencias sociales y humanidades. Argentina. Disponible en: https://docplayer.es/14314007-Redactando-textos-cientificos.html
  • Hall, B. López, M. (2011). Discurso académico: manuales universitarios y prácticas pedagógicas. Literatura y Lingüística [en linea] , [Fecha de consulta: 9 de marzo de 2019] Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35219952010> ISSN 0716-5811
  • Koval, M. (2015). ¿Cómo se hace un trabajo académico? Material de apoyo del taller de metodología y redacción académica. Argentina, Salta: Ediciones incertidumbre.
  • Marín, M.  (2015). Escribir textos científicos y académicos. Bs. As.: Fondo de Cultura económica.
  • Montolío, E. (2000). Manual de escritura académica. Vol II Barcelona: Ariel.
  • Pampillo, G. (2004). Una araña en el zapato. La narración, teoría, lecturas, investigación y propuestas de escritura. Bs. As.: Libros de la Araucaria.
  • Parodi, G. (2007). El discurso especializado escrito en el ámbito universitario y profesional: Constitución de un corpus de estudio. En Revista Signos . vol. 40, no.63. Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext & pid=S0718-09342007000100008 & lng=es & nrm=iso      
  • Valero, Y. (2000). Factores que inciden en el síndrome todo menos tesis (TMT) en las maestrías de la Universidad de Zulia. Disponible en: file:///C:/Users/Administrador/Downloads/Dialnet-FactoresQueIncidenEnElSindromeTodoMenosTesisTMT-2474955.pdf
  • Van Dijk, T. (1997). El discurso como estructura y proceso. Barcelona: Gedisa.

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