¿Qué es Momo y qué pueden hacer los adultos para proteger a los niños?

¿Qué es Momo y qué pueden hacer los adultos para proteger a los niños?
Foto: Pixabay

Por Pensamiento Colectivo

Desde febrero circulan a través de las redes comentarios sobre la existencia de Momo, un tenebroso personaje que se le presenta a los niños en videos o a través de apps de mensajería instantánea. Distintos testimonios relatan historias que van desde un virus que se introduce a través de un video de Peppa Pig de YouTube hasta un contacto de Whatsapp que se mensajea con
los niños.

En cualquiera de los casos, se presenta una figura humanoide monstruosa que, con una animación rudimentaria y una voz en off distorsionada, invita a los niños de forma imperativa a hacerle daño a otros e incluso a sí mismos.

Ante esta situación, cabe preguntarse: ¿qué pueden hacer los adultos?

¿De dónde viene?

Para entender la situación actual de Momo es importante comprender sus orígenes.

En 2016 en una galería de arte de Tokio se exhibió por primera vez una escultura creada por el artista japonés Keisuke Aiso llamada “Madre pájaro”. La pieza presentaba un torso con rostro femenino de ojos desorbitados, sonrisa macabra y patas de ave.

En julio 2018 una foto recortada de la escultura donde sólo se veía su cabeza fue subida en la red social Reddit, donde se volvió viral.

Aún no está claro en qué momento se la bautizó con el nombre de Momo, pero al poco tiempo la imagen dio la vuelta al mundo asociada a un “challenge” (reto) dirigido a niños. Según el mismo, este personaje les pedía que realizaran distintos actos violentos hacia otros o se practicaran autolesiones que, en casos extremos, pueden terminar en suicidios.

Momo son los padres

Si bien a través de Whatsapp circulan videos donde se ve a Momo irrumpir en un contenido infantil y un audio de más de 7 minutos que cuenta en detalle su aparición en la tableta de un niño, hasta ahora en Uruguay no han habido denuncias oficiales. De hecho, a nivel mundial, no se ha podido comprobar la presencia del personaje en las plataformas donde los pequeños miran videos y YouTube declaró no tener evidencias de ningún video promocionando el reto.

Entonces ¿existe realmente? ¿representa una amenaza real para los niños?

Sí y no.

Esos videos que originalmente tenían un alcance nulo o secundario están siendo viralizados por los propios adultos, quienes los hacen circular con la intención de advertir a otros del peligro latente. Y es justamente por ellos que los niños pasan a tener la posibilidad de encontrarse con Momo. Esos padres, tíos y abuelos preocupados, al prestar dispositivos móviles donde recibieron y compartieron los videos, ponen el contenido en las manos de los más pequeños.

Es así que Momo arroja luz sobre un problema más amplio vinculado a los contenidos de redes e internet: la importancia de separarnos de la inmediatez del contexto, investigar, informarnos sobre lo que nos llega y cuestionar su origen y veracidad. Recordemos que no todo lo que circula online es real y evitemos ser movidos por el miedo y la sensación de inseguridad de forma impulsiva.

¿Y ahora qué?

Quizás algunos padres aún estén asustados de que sus hijos hayan entrado en contacto con Momo o quieran evitar futuras amenazas virales similares. Para ello, existen varias herramientas que son muy sencillas de implementar/aplicar.

Transmitir seguridad

Si bien Momo puede resultar inquietante, es prioritario transmitir tranquilidad y contención a través de la disponibilidad que podamos brindar para ayudarlos, acompañarlos y no infundirles mayores miedos. Nuestra actitud será los cimientos sobre los que desarrollarán su autonomía y futuro accionar.

Comunicación

La comunicación con niños, niñas y adolescentes cercanos es una herramienta fundamental para aumentar la conexión con ellos. Además de ser muy gratificante y enriquecedor para todos, permite conocer cómo están pasando su tiempo libre y así prevenir posibles riesgos.

Al establecer un diálogo es importante lograr una escucha activa que habilite el intercambio de ideas y puntos de vista. Realmente interesarse en lo que quieren contar y evitar juicios de valor sobre sus acciones. No sentirse juzgados permite fortalecer la confianza y abre un espacio de diálogo para compartir experiencias.

Esta comunicación efectiva también funciona como encuentro facilitador de aprendizajes y de su desarrollo. Niños, niñas y adolescentes aprenden mejor del funcionamiento de las redes sociales y los medios de comunicación cuando comparten la experiencia con un adulto.

Supervisar y acompañar sus actividades en internet

Se parte de la creencia de que los adolescentes e incluso los niños, saben usar la tecnología más que los adultos, pero como en la vida offline deben tener pautas que los guíen. Las recomendaciones y sugerencias que se les brinden deben tener el mismo sentido común de aquellas otorgadas en cualquier otro entorno de la vida.

Es fundamental monitorear el contenido y las aplicaciones que son utilizadas y descargadas. Probarlas previo a que las utilice el niño, jugar juntos y preguntarles su opinión al respecto. Se aconseja no dejar a los más pequeños sin supervisión cercana cuando estén frente a una pantalla. En este sentido, se recomiendan momentos de uso compartido entre niños y padres para aumentar la interacción, promover el aprendizaje y la comprensión del contenido.

Es importante limitar los tiempos y contenidos según la edad

Los navegadores como Google Chrome, Internet Explorer y Mozilla Firefox cuentan dentro de su configuración con medidas de seguridad para aplicar filtros de contenido según edades.

Existen más de 80.000 aplicaciones que se describen a sí mismas como educativas, pero muy pocos estudios han demostrado su calidad real. Los productos que se promocionan como «interactivos» deben requerir más que «pulsar y deslizar». Se sugiere buscar información de organizaciones como Common Sense Media (en inglés) para leer evaluaciones sobre la edad apropiada para las aplicaciones, juegos y programas, y así tomar las mejores decisiones para sus  niños.

Asimismo, respecto a la exposición a las pantallas y dispositivos electrónicos, la Academia Estadounidense de Pediatría [1] (2016) recomienda:

  • No usar pantallas en niños menores de 24 meses (con excepción de videollamadas).
  • Si se quieren introducir medios digitales a niños de entre 18 y 24 meses, se aconseja elegir programas o apps de alta calidad y utilizarlas junto a ellos. Evitar el uso sin la presencia activa de un adulto.
  • Evitar utilizar los medios digitales como única manera de calmar a los más chicos. Si bien hay oportunidades en las que pueden ser útiles (aviones, procedimientos médicos), preocupa que el uso de los medios como estrategia para calmar genere dificultades con la puesta de límites o la inhabilidad del niño para desarrollar un adecuado mecanismo de autorregulación emocional.
  • No ceder ante presiones externas para introducir tempranamente los medios digitales. Las interfaces son muy intuitivas y los niños rápidamente lograrán aprender a usarlas.
  • En niños de 2 a 5 años: limitar la exposición a una hora o menos por día. Seleccionar solo programas de alta calidad y mirarlos o utilizarlos en conjunto.
  • Para niños, niñas y adolescentes: no utilizar las pantallas durante las comidas y dejar su uso una hora antes de ir a dormir. No cargar ni dejar dispositivos en el dormitorio.
  • Evitar el consumo de programas con gráficos acelerados y con contenido violento.
  • Apagar la televisión y otros dispositivos cuando no se estén utilizando.
  • Mantener dormitorios, comidas y momentos de actividades compartidas entre padres e hijos, libres de pantallas, tanto para los niños como para sus padres. Activar la opción “no molestar” o “silencio”.
  • Acompañarlos al momento de realizar las tareas domiciliarias por si necesitan utilizar los medios digitales como herramienta, pero evitando su uso como entretenimiento mientras estudian.
  • Establecer en familia un Plan para el uso de medios digitales [2]. Buscar una coherencia en el accionar de todos los referentes responsables (abuelos, cuidadores, etc.).

Buscar un equilibrio

El juego libre, manipulativo y en interacción con otros es una de las herramientas principales que tienen los niños para su crecimiento integral y, por ende, el aprendizaje del mundo que los rodea. Brindar espacios de juego y disfrute compartido fuera de las pantallas favorecerá el desarrollo de habilidades sociales, cognitivas, motrices y emocionales de niños, niñas y adolescentes.

Asimismo, fomentar un equilibrio entre las actividades con pantalla y fuera de estas, servirá como estrategia de prevención de futuras complicaciones de salud tales como obesidad, mala postura o enfermedades oftalmológicas, mientras que impulsa el desarrollo de una adecuada capacidad de autorregulación emocional.

Es claro que no todo lo que sucede en internet es malo, por el contrario, es una gran herramienta para aprender, crear contenidos, sumar valor y hasta como fuerza de cambio. Como adultos debemos estimular el uso de contenido mediático que promueva la interacción, conexión y creatividad. Varios tipos de programas/aplicaciones pueden tener diferentes beneficios
potenciales, así que es mejor consumir medios diversificados para que no se pase todo el tiempo haciendo una actividad en particular.

Dar el ejemplo

El informe Kids Online Uruguay [3] indica que niños, niñas y adolescentes son conscientes de las dificultades asociadas al uso excesivo de la tecnología. E incluso aprecian que la mala regulación en el uso de la tecnología que realizan sus padres, perjudica la calidad del tiempo compartido. Hicieron particular hincapié en que sus padres utilizan el teléfono celular durante actividades en  familia.

Como padres y/o adultos referentes es fundamental reflexionar sobre nuestras propias prácticas. Nuestro comportamiento, palabras, acciones, son el ejemplo del cual se nutren los niños para conocer y descubrir en qué consiste ser adulto. Desarrollar el pensamiento crítico ante diversas situaciones promueve en los más chicos una mayor capacidad para tomar decisiones de forma autónoma.

Las TIC (tecnologías de la información y comunicación) llegaron para quedarse. Desde Pensamiento Colectivo los invitamos a perderles el miedo, a tomar una postura más activa y crítica, pero a la vez empática y de diálogo que habilite un uso seguro de internet y permita aprovechar sus beneficios minimizando sus riesgos.

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Referencias:

  1. https://www.aap.org/en-us/advocacy-and-policy/aap-health-initiatives/Pages/Media-and-Children.aspx
  2. https://www.healthychildren.org/spanish/media/Paginas/default.aspx
  3. https://www.bibliotecaunicef.uy/doc_num.php?explnum_id=188

Pensamiento Colectivo

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