Escribir es un arte

Escribir es un arte
Foto: Pixabay

Por Fernando Sorrenti

Escribir es un arte, un proceso en que todo nuestro ser participa en él, aunque uno se imagine al escritor sentado, inmóvil detrás de una pantalla, golpeando las teclas o haciendo bailar su lapicera en la hoja.

Nuestros recuerdos y vivencias participan en forma consciente, o inconsciente. Un aporte nada despreciable que llega desde la literatura. Quizá por eso hay muchos psicólogos que también son escritores y poetas.

Aquí, en el presente artículo, me centraré en algunas pautas para escribir un cuento, no una novela que requiere otro enfoque.

1. Para escribir un cuento, es imprescindible sentir esa inquietud inexplicable que nos aguijonea como avispa furiosa para que soltemos a volar esas historias por las mentes de los lectores.

En mi caso particular, recuerdo mi participación activa escribiendo artículos en boletines liceales y parroquiales o haciendo monografías en facultad. Escribir es una actividad que disfruto de la misma manera que saboreo un buen escocés, todos los domingos.

2. Es muy importante cultivar el gusto por la lectura. Todos los grandes escritores reconocen la importancia de este hábito disfrutable y enriquecedor.

No solo acrecienta nuestro vocabulario, lo que nos permite expresarnos con mayor fluidez, sino que además, aprendemos a familiarizarnos con distintos tipos literarios que nos ayudarán a encontrar nuestro propio estilo.

3. Cada vez que escribimos, lo fantástico y lo verosímil danzan al compás de la historia, y nosotros somos los directores de la orquesta. Como en toda ejecución musical, debemos evitar desafinar y cuidar que un instrumento tape a los demás, así estemos construyendo un cuento de ciencia-ficción. Todo tiene un equilibrio.

Nuestra imaginación es la llave de entrada a esos mundos imposibles, donde nos nutrimos a la hora de elaborar historias.

La verosimilitud es el otro elemento vital del cuento, debe resultar creíble cuando se lea, de tal manera que atrape al lector hasta el final.

4. El cuento es un recorte de acontecimientos en un tiempo y lugar determinado, que se narra en pocas páginas. Por eso, seducir a nuestros lectores desde el inicio es vital. Dicho en términos futbolísticos, estamos en la misma situación que un equipo deportivo cuando debe golear para clasificar. Con cada historia se establece una complicidad con el lector, donde lo invitamos a jugar con su imaginación; por eso, no hay que perderse aclarando todo. Quitarle la magia y el misterio que todo cuento tiene es un asesinato artístico.

5. Al momento de crear nuestros personajes, podemos inspirarnos en una persona real, o mezclar características de alguien normal con las de un personaje fantástico en una sola persona; como si fuéramos el Dr. Frankenstein dando vida a su criatura.

Puede suceder, que algunos de estos personajes tomen vida propia y sean ellos lo que nos lleven de la mano, recorriendo caminos muchas veces novedosos.

6. Cuando uno se enfrenta a la hoja, ya debemos tener claro hacia dónde ir, de igual forma que abordamos un ómnibus, sabemos de antemano el recorrido y el destino.

Al crear una historia, no olvidemos que la pólvora ya se inventó. No existen temas que no se hayan abordado, solo varia la perspectiva del narrador. La novedad está en cómo presenta su obra.

7. Todo cuento tiene un inicio, un desarrollo y un final.

Iniciamos presentando a los personajes y el entorno en donde se desarrolla el cuento. Luego, desarrollamos el problema, o la situación a la que afrontan los protagonistas. Recordemos que la trama debe captar la atención del lector.

Y por último, el desenlace, la parte más importante del cuento, tiene que ser acorde a las expectativas que sembramos en el desarrollo. El final es la frutilla de la torta.

Cada cuento debería ser concebido con alas, para que vuele libre, hasta posarse en cada lector y jugar juntos en íntima complicidad.

8. Una falsa creencia, es concebir a la inspiración como un estado de iluminación propio de los gurúes. En ocasiones los cuentos salen de un tirón, pero generalmente es necesario crear un espacio donde nuestra mente pueda concentrarse y forjar en el yunque de las letras nuestras obras.

Algunos escritores hacen actividad física para tener la mente y el cuerpo en óptimas condiciones a la hora de producir; otros, necesitan escuchar música, oler ciertos aromas, y no falta quien prefiera encerrarse en el silencio más absoluto.

No hay recetas, ni manuales para esto. La búsqueda de la propia sintonía con nuestro fuego sagrado es un camino personal y único.

9. El escritor es producto de su tiempo, en el sentido amplio de la palabra. Sus obras dan cuenta de la realidad en que está inmerso. No puede permanecer de espalda a los grandes temas que preocupan a la sociedad. Despertar conciencias, sembrar inquietudes en los demás, es nuestro compromiso en esta sociedad automatizada, sin ser panfletario, y sin caer en sensiblerías.

También, quien ejerce este oficio, es parte psicólogo y parte investigador, por lo que saber escuchar es una importante cualidad en un escritor, como lo es investigar, cuestionar y preguntar.

10. Y como todo decálogo, receta, o guía que se precie de tal, no hay que tomársela muy al pie de la letra. Simplemente, son consejos que se dan para que no lo sigan, pues en verdad, no hay reglas para escribir un cuento.

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Bibliografía:

  • De que hablo cuando hablo de escribir – Haruki Murakami. Editorial: Tusquets Editories S.A. Colección Andanzas.
  • Clases de Literatura – Julio Cortázar. Editorial Alfaguara. 2013
  • Conversaciones en Princeton con Rubén Gallo. Mario Vargas Llosa y Rubén Gallo. Editorial Alfaguara. 2015.
  • Explicación falsa de mis cuentos – Felisberto Hernández. Editorial Alfaguara. Narrativa reunida, Felisberto Hernández.
  • Taller Literario El Rincón. Coordinado por Gustavo Esmoris.

Fernando Sorrenti
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