Inconsciente, deseo y mirada social

Inconsciente, deseo y mirada social
Foto: Pixabay

Por Daniel A. Fernández

Al hablar del “inconsciente” nos referimos a aquella parte nuestra donde reside lo que desconocemos, lo que en cierto momento fue mejor no saber debido a que nos habría resultado intolerable. ¿Quién decide qué puede ser consciente y qué no? Un mecanismo denominado “represión”, que hará de barrera e impedirá que los contenidos inconscientes (reprimidos) asomen a nuestra consciencia. Desde luego, el fin de dicho mecanismo es el de lograr cierto equilibrio, evitando el malestar a la consciencia, aunque lamentablemente aquello que es reprimido puede devenir luego en un síntoma y así generar un nuevo desequilibrio. Será a partir de que la persona esté conscientemente preparada, más apta para saber sobre aquello que desconoce, que el contenido reprimido puede dejar de serlo.

Veamos ahora un ejemplo muy sencillo que ilustra lo hasta aquí expresado. Imagina que vives en una sociedad en la que se detesta a los payasos. En dicha sociedad, nada es tan grave ni tan repudiado como ser un payaso. Tus padres, por cierto, también los aborrecen. Lo mismo siente el resto de tus amigos y parientes. Y, desde luego, tú mismo has incorporado desde niño la creencia de que es terrible ser payaso. ¿Qué ocurriría si un día fueses a un circo, vieras a alguno de estos payasos y desearas convertirte en uno?

Por lo antes mencionado, es obvio que no tolerarías la idea de desear ser un payaso. Así que, para librarte del conflicto, el mecanismo que llamamos “represión” evitará que tu deseo se haga consciente. De hecho es posible que, para contrarrestar ese deseo, termines aborreciendo aún más a los payasos. Sin embargo, durante la noche, cuando tu consciencia se apague y te entregues al sueño, es factible que el contenido inconsciente venza la represión y que sueñes que haces maravillosas piruetas con tu reluciente nariz colorada. Ya apagada la consciencia, tu verdadero deseo podrá emerger dando fruto a un sueño en el que eres quien en verdad deseas.

Pero como antes hemos dicho, lo reprimido puede generar síntomas. De ahí que, tal vez, un día, afectado por diferentes malestares que no entiendes, acudas a un psicoanalista buscando solución. Y si le cuentas el sueño que has tenido, de seguro él habrá de advertir que estás hablando de un deseo del cual aún no eres consciente. Y claro, debe dejar de ser inconsciente para que cesen tus diferentes malestares. Por ello, posiblemente, el psicoanalista te interrogará acerca de tu opinión sobre los payasos, cuestionará tus creencias y te llevará a poner en tela de juicio ciertos mandatos que llevas incorporados. ¿El objetivo de esto? Que conscientemente puedas permitirte lo que antes no podías soportar, para que así lo inconsciente pueda vencer la represión y hacerse paso hacia tu consciencia. Y una vez consciente de tu verdadero deseo, y a medida de que le quites peso a la mirada social y vayas modificando tu propio juicio, tus malestares irán cediendo y lograrás un equilibrio saludable.

Daniel A. Fernández
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