In treatment: consecuencias de interpretar la transferencia

In treatment: consecuencias de interpretar la transferencia
«En terapia» (2012)

Por Por Sergio Zabalza

El objetivo de la interpretación no es tanto el sentido,  sino la reducción de los significantes a su sin sentido para así encontrar  los determinantes de toda la conducta del sujeto.
Jacques Lacan[1]

Un programa que emite la televisión pública narra las alternativas que atraviesa un analista durante el tratamiento con sus pacientes. La serie se hace interesante porque, entre otras cosas, ilustra con meridiana claridad las zonas en que el psicoanálisis y la psicoterapia postfreudiana comparten sus aguas y aquellas en que definitivamente divergen.

Por empezar, Guillermo –el analista- se muestra como un profesional comprometido con una ética clínica: escucha al paciente, es decir, alojar su sufrimiento sin imponerle visiones, normas, o líneas de conducta alguna. Para decirlo todo: parece cumplir con la regla fundamental de la abstinencia. Además, por momentos da la sensación de que el analista, por vía del desciframiento, trabaja para rescatar de la represión aquello que el paciente no sabe que sabe. Se trataría de una perspectiva muy afín a la que Sócrates despliega en el Menón, cuando en base a preguntas perspicaces y afinadas, muestra que el esclavo ya sabía los trazos principales de un teorema.

Sin embargo, las interpretaciones que ensaya no dejan de contaminar con el sentido de sus propias ocurrencias el material que aportan sus pacientes. En particular, su afán interpretativo se centra en las defensas y resistencias de quienes asisten a su consultorio, lo que redunda en  confrontaciones imaginarias del tipo “yo te dije/vos me dijiste” o acusaciones mutuas (vos no me escuchas/me parece que sos vos la que no me escuchas”).

Estas encerronas -gestadas al abrigo de la excesiva recurrencia a los sentimientos y sensaciones-, son típicas del diálogo en espejo de dos narcisismos. Así, conforme el espacio que parecía albergar la palabra del paciente se transforma en la caja de resonancias de las resistencias del analista, el tratamiento adquiere un tinte superyoico cuya modalidad persecutoria empuja al acting. El punto clave de esta posición se funda en el manejo que se hace de la transferencia.

 

 

En efecto, Guillermo adopta la estrategia de interpretar la transferencia que genera en sus pacientes; sea cuando una bella mujer le declara su amor, sea después de que una jovencita adolescente le solicita que le saque el pulóver, o no bien un policía le vomita el café. Conmigo aquí y ahora parece ser el hilo conducente que orienta las intervenciones de este personaje-analista, perspectiva cuyo origen clínico proviene del ámbito psicoanalítico anglosajón.

Esta línea teórica que ocupa todo un lugar en la historia del psicoanálisis nace en una interpretación de un párrafo de los Consejos al Médico: la comunicación de inconsciente a inconsciente que Freud ilustró con la metáfora del auricular y el micrófono de un teléfono[2]. Así, ciertos analistas se sintieron autorizados a interpretar el discurso de sus pacientes a partir de los sentimientos contratransferenciales que experimentaban durante el tratamiento; cuando, en realidad, no hacían más que inocular el contenido de sus propios fantasmas. El resultado no puede ser otro que un analista que hace del tratamiento de sus pacientes una extensión del propio in treatment.

Freud nunca hizo de la interpretación de la transferencia el eje de sus tratamientos. Cuando el Hombre de las Ratas se incorpora del diván porque confunde a su analista con el Capitán Cruel que habitaba sus tortuosas fantasías, Freud tan sólo se limita a decirle que se puede quedar tranquilo, porque él no le va pegar. Lo mismo para Dora, la famosa histérica de quien tanto aprendimos gracias a las interpretaciones de los sueños que su analista formuló durante el tratamiento; y de las postreras reflexiones sobre el manejo de la transferencia, una vez que la joven dejara plantado sin más al creador del psicoanálisis.

Lo cierto es que el psicoanálisis abandonó a Sócrates hace rato. El inconsciente no es una verdad oculta en las profundidades de vaya a saber qué viejo arcón, sino una pulsación que se produce en la relación con un Otro. Esta perspectiva conlleva decisivas consecuencias

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Referencias:

  1. Jacques Lacan, El Seminario: Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, clase del 27 de mayo de 1964 · “El sujeto y el otro: la alienación”
  2. Sigmund Freud, Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico, en Obras Completas, A. E. tomo XII: “el médico […] debe volver hacia el inconciente emisor del enfermo su propio inconciente como órgano receptor, acomodarse al analizado como el auricular del teléfono se acomoda al micrófono.”

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Fuente: Zabal, S. (2012, junio 25). In treatment: consecuencias de interpretar la transferencia. El Sigma. Recuperado a partir de http://www.elsigma.com/subjetividad-y-medios-de-comunicacion/em-in-treatment-em-consecuencias-de-interpretar-la-transferencia/12417

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