Asonar en el barrio Marconi: opinión(es) disparada(s)

Asonar en el barrio Marconi: opinión(es) disparada(s)
Foto: Caras y Caretas

Por Gabriela Etcheverry

Convocada -de forma inesperada- a dar una opinión a propósito de lo que dispara lo sucedido hace unas semanas atrás en el barrio Marconi, me dispongo a esbozar algunas líneas para intentar mapear el acontecimiento. Un esbozo como insinuación de ideas, y una opinión alejada de la creencia, y la necesidad insistente de generar planos de consistencia.

Asonada es de los vocablos más usado en las notas de prensa que relatan lo sucedido. Y entonces es dable suponer que el relato produce el acontecimiento: en el barrio Marconi ocurrió una asonada a propósito de una intervención policial.

Pero como asonada y asonar tienen raíces comunes, se podría pensar el acontecimiento también como la posibilidad de convenir unos sonidos, juntar y reunir, y en esa dirección poder interrogarnos acerca de qué otros modos de concebir la situación emergen a propósito de dicho acontecimiento.

I) El barrio es Marconi pero podría ser cualquier otro, de esos que en Montevideo se caracterizan por ser una manifestación visible de la fragmentación y la segmentación social a la que esta actualidad nos tiene acostumbrados. Son años de exclusión, empobrecimiento, hostigamiento, efectos de lo que Guattari (1990) denominó Capitalismo Mundial Integrado. Vidas precarias, o la precariedad de la vida, en el marco de las formas -destructivas- que adopta el capital para su reproducción. Y siempre el consumo como horizonte, siendo parte de las vidas cotidianas de todos, y del afán de los gobiernos.

II) Un modelo de gestión policial que reacciona y reprime -aunque habría que preguntarse si es posible que haga algo diferente-, atado además a las lógicas de la impunidad que sostienen nuestra existencia y diagraman los procesos de producción subjetiva que nos hacen ser quienes somos. Mientras la impunidad campea, y los responsables de delitos de lesa humanidad caminan tranquilos por las ciudades de nuestro país, las almas del sentido común (Percia, 2008) se unen horrorizadas, reclamando a coro que los delincuentes de hoy sean castigados, en el anhelo de una seguridad ¿perdida?

III) En consonancia con la labor de un EstadoMercado, por una parte la protesta se criminaliza, y por otra se manifiestan argumentos psicologizantes acerca de los sentidos de lo que sucede. Aparecen voces anunciando que es a través del esfuerzo de cada uno que vamos a salir adelante, que del emprendimiento personal sale lo mejor, que lo que importa es ser positivos. Que los pobres son tales porque no supieron producir para sí una vida mejor y por tanto son responsables de lo que les pasa. Y los psicólogos nos convertimos en unos agentes de gubernamentalidad más, despolitizando y por tanto oficiando de cómplices del estado de cosas.

IV) Cada vez más se advierten tendencias homogeneizantes que producen fragmentación social. Entre ellos y nosotros un abismo. Y ellos, los extraños, los anormales, los pobres. En ese sentido, las lógicas de la globalización facilitan la generación de la idea del otro como diferente-extraño: Castoriadis (1999) plantea que la idea de diferente va de la mano del odio del otro, dado que este último se constituye como problema, lo que puede asociarse también a la idea de extranjero. Derrida (2006) aportando en esa dirección: sostiene que el extranjero es “alguien que no habla como los demás, alguien que habla una lengua extravagante” (p. 13) y por ende alguien que puede estar sujeto a sufrir distintas situaciones de violencia.

 

 

V) El acontecimiento del barrio Marconi, como tantos otros, provoca una desmentida: “no se puede creer que la gente se enfrente a la policía por defender a un delincuente”[1]. M. Percia (2008) nos advierte de la peligrosidad de la desmentida: ésta provoca la ausencia de una acción colectiva, en conjunto con la naturalización del sentido común. La desmentida se ha convertido en un modo común de existencia, mientras que la producción de una conciencia desgarrada -y no escandalizada- por lo desgarrador[2] de las condiciones de existencia de una parte de la población, se evita.

VI) Enlazando con el principio, ¿será posible asonar con lo que acontece? Es decir, escuchar/leer lo que pasó como la construcción de ciertas condiciones de enunciación, donde las personas alzan la voz para decir. Decir de lo insoportable de sus existencias, de las formas de vida impuestas que solamente desata la emergencia de pasiones tristes. Decir de la lucha por la esclavitud como si se luchara por la libertad, tal como lo mostró Spinoza algunos siglos atrás.

VII) ¿Habrá posibilidades de sostenernos inconformes con la desigualdad y con injusticia? ¿Habrá chances de construir divergencias a lo establecido? ¿Habrá oportunidades para generar una resistencia activa? Porque no parece haber salida posible si se renuncia a la indignación, si no se constituyen nuevas prácticas de cuidado de sí con otros, si no se insiste sobre la producción de lo político que posibilite el aumento de las potencias de acción. A partir del sostén de las preguntas incómodas, revalorizar lo relacional; salir del apetito individual del “yo quiero”, transitando hacia la producción de lo común.

La mejor sociedad será aquella que exime a la potencia de pensar del deber de obedecer y evita en su propio interés someterla a la regla del Estado, que sólo rige las acciones.
G. Deleuze. Spinoza: Filosofía práctica.

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Referencias:

  1. “Reflexión” realizada por un comentarista de la noticia en un Portal de Información de internet.
  2. Es redundante. Pero no se me ocurre otra expresión que dé cuenta de las afecciones en juego.

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Bibliografía:

  • Castoriadis, C. (1999) “Las raíces psíquicas y sociales del odio”. En Figuras de lo pensable (Trad. V. Gómez) (pp. 179-192). Valencia: Cátedra.
  • Derrida, J. y Dufourmantelle, A. (2006) La Hospitalidad. (2ª ed.) (Trad. M. Segoviano). Buenos Aires: De la Flor.
  • Guattari, F. (1990). Las tres ecologías. (Trad. J. Vázquez Pérez y U. Larraceleta).Valencia: Pre-textos.
  • Lazzarato, M. (2003). “Lucha, acontecimiento, media”. En: Transversal – eipcp multilingual webjournal. Recuperado de http://eipcp.net/transversal/1003/lazzarato/es
  • Percia, M. (2008): “Política de la desmentida: crítica de las conciencias buenas”. Revista Pensamiento de los confines. Nº 22, julio de 2008. Argentina: Fondo de Cultura Económica.
  • Real Academia Española (2001). Diccionario de la lengua española (22a ed.). Madrid: Espasa. Recuperado de http://www.rae.es/obras-academicas/diccionarios/diccionario-de-la-lengua-espanola#sthash.CutEVFph.dpuf
  • Spinoza, B. (1980). Ética: demostrada según el orden geométrico. (Trad. Vidal Peña). Madrid: Edit. Orbis. Hyspamérica. (Trabajo original publicado en 1677).

Gabriela Etcheverry
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