Millennials: La generación del yo yo yo

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Foto: Kaique Rocha

Por Joel Stein

Estoy a punto de hacer lo que las personas mayores han hecho siempre, y es llamar a los más jóvenes: perezosos,  engreídos, egoístas y superficiales.  Para ello tengo estudios estadísticas y citas de académicos respetados.  A diferencia de mis padres, mis abuelos y mis bisabuelos, yo tengo pruebas.

He aquí dichos datos: la incidencia de trastorno de la personalidad narcisista es casi tres veces mayor para las personas de 20 años que en aquellas de 65 años o más, según el Institutos Nacionales de Salud; en una escala de narcisismo realizada en estudiantes universitarios, en 2009 hay un 58% más de personas que en 1982

Los “chicos del milenio”, o Millennials, tienes cientos de trofeos que acumulan durante sus años de juventud.  Están obsesionados con la fama. Según una encuesta realizada en 2007, más individuos se inclinan por ser asistente personal de  un famoso  que un CEO de una gran corporación.

Han sufrido una atrofia en su desarrollo: más individuos entre los 18 a 29 años viven con sus padres, en lugar de vivir con su pareja, según una encuesta realizada en 2012.

Además, son perezosos: en 1992, el Instituto de Trabajo informó que el 80% de los individuos menores de 23 años quería tener algún día un trabajo con mayor responsabilidad, 10 años después, sólo el 60% lo hizo.

Los Millennials son, dependiendo de a quién se le pregunte, aquellas personas nacidas entre los años 1980 y el 2000. En cada país su clasificación es diferente, pero a causa de la globalización, los medios sociales, la exportación de la cultura occidental y la velocidad del cambio, todos estos “chicos del milenio”, en todo el mundo, son más similares entre sí que las generaciones anteriores. Incluso en China, donde la historia de la familia es más importante que cualquier individuo, han aparecido generaciones  más «similares» a las que se encuentran en la sociedad occidental.  Esto no es un tema relacionado a familias de muchos recursos: los Milennials más carenciados poseen una mayor tasa de narcisismo, materialismo y adicción a la tecnología.

Son la generación más amenazante y emocionante desde los baby boomers (término utilizado para describir a las personas que nacieron durante el baby boom, o explosión de natalidad, que sucedió en algunos países anglosajones, en el mismo período o posterior a la Segunda Guerra Mundial), quienes generaron una revolución social, no porque estén tratando de cambiar lo establecido, sino porque viven sin ello. La Revolución Industrial generó individuos más poderosos: aquellos que podían trasladarse a una ciudad diferente, iniciar su negocio y conformar organizaciones. La revolución de la información ha brindado al público la tecnología para competir contra grandes organizaciones: piratas frente a empresas, bloggers contra periódicos, terroristas contra los Estados, directores de YouTube contra estudios, aplicación de políticas frente a industrias enteras. Las nuevas generaciones no nos necesitan, es justamente por esa razón que tenemos miedo de ellos.

En los EE.UU., los Millennials son los hijos de los baby boomers, que también son conocidos como la “Generación del yo yo yo”. Estos jóvenes han alcanzado la mayoría de edad en la era de la “auto  cuantificación”, registrando sus pasos diarios en “Facebook”, su paradero cada hora de cada día en “Foursquare”, entre otros. Tienen menos compromiso cívico y participación política que cualquier grupo previo.

En la década de 1970, la gente quería mejorar las posibilidades de éxito de los niños inculcandoles autoestima. La autoestima es buena para conseguir un trabajo o conocer a alguien en un bar, pero no tan buena para mantener un trabajo o una relación. «Fue un error honesto», dice Roy Baumeister, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Florida y el editor del libro “Autoestima: el puzzle de la baja autoestima. «Los primeros resultados muestran que, de hecho, los niños con alta autoestima tuvieron mejores resultados en la escuela y tenían menos probabilidades de caer en diferentes tipos de problemas. Es sólo que hemos aprendido más adelante que la autoestima es un resultado, no una causa». El problema es que cuando la gente trata de aumentar su autoestima, accidentalmente impulsa en su lugar el narcisismo. «Sólo decirles a sus hijos que los quiere, es un mejor mensaje», dice Jean Twenge, profesor de psicología en la Universidad Estatal de San Diego, que escribió “Generation Me y la epidemia de narcisismo”. “Cuando son pequeños parece lindo decirles que son especiales, que ella es una princesa o que él es una estrella de rock;  cuando tienen 14 años ya no es lindo». La autoestima los lleva a sentirse decepcionados cuando el mundo se niega a confirmar lo grande que suponen que se es. Esta generación tiene la mayor probabilidad de tener expectativas no satisfechas con respecto a sus carreras y los niveles más bajos de satisfacción con la etapa de la carrera que se encuentren» dice Sean Lyons, co-editor de la Administración de la Nueva Fuerza Laboral: Perspectivas Internacionales en la generación del milenio. «Es una especie de crisis de expectativas no satisfechas.»

Los chicos del milenio son famosos, no solo por su narcisismo, sino por el efecto del narcisismo, que es ser engreídos. El profesor David McCullough Jr  emitió un video de 12 minutos titulado «Tú no eres especial», tiene cerca de 2 millones de visitas en YouTube. «Subir a la montaña para que pueda ver el mundo, no para que el mundo pueda verlo», dijo McCullough. El video ha sido un éxito en internet.

Aunque son arrogantes acerca de su lugar en el mundo, también se atrofian, han prolongado la etapa entre el adolescente y el adulto. La noción de adolescentes nació en la década de 1920, y en 1910, sólo un pequeño porcentaje de los niños iba a la escuela secundaria, por lo que las interacciones sociales se realizaban con adultos, dentro de la familia o en el trabajo. En la actualidad, los celulares permiten a los niños socializar a toda hora, recibiendo y enviando, en promedio, 88 mensajes de texto al día; son quienes viven bajo la constante influencia de sus amigos. “La presión de grupo es anti-intelectual, anti-histórica,  anti-elocuente», dice Mark Bauerlein, profesor de Inglés en Emory. «Nunca antes en nuestra historia, las personas han sido capaces de crecer y llegar a la edad de 23 tan dominados por los pares. El desarrollo intelectual es cosas de mayores. Los chicos de 17 años nunca madurarán si solo se relacionan con otros de 17 años”.

Los nuevos jóvenes se encuentran en constante interacción, pero casi en su totalidad a través de una pantalla. Todos los han visto en los bares, sentados uno junto al otro y enviando mensajes de texto. En principio, podrían parecer “tranquilos” al observador, sin embargo están profundamente preocupados por falta de algo mejor. El 70% de los jóvenes chequea su teléfono cada hora, mientras que muchos otros experimentan lo que se conoce como “vibración fantasma” (creer que suena el celular cuando no ha ocurrido). «Están intentando reducir su ansiedad», dice Larry Rosen, profesor de psicología en la Universidad Estatal de California en Domínguez Hills y la autora de “iDisorder”. Es una búsqueda constante de mantener en alto la dopamina: a alguien le gustaba mi actualización de estado!

 

 

Hay una notoria reducción de la creatividad. Desde 1966 hasta mediados de 1980, las puntuaciones de la creatividad en los niños aumentaron, sin embargo luego se redujeron, cayendo bruscamente en 1998. Las puntuaciones en las pruebas de empatía cayeron fuertemente a partir de 2000, probablemente debido a la falta de tiempo en los vínculos cara a cara y un aumento en el grado de narcisismo. No sólo les falta la empatía que les permite sentirse preocupados, sino que también tienen problemas, incluso intelectualmente, no logran  comprender los puntos de vista de los demás. Lo que si entienden es como convertirse en etiquetas, como pueden ser «amigos» y/o «seguidores».  «La gente se está inflando como globos dentro de Facebook», dice W. Keith Campbell, profesor de psicología en la Universidad de Georgia, «cuando todo el mundo te está hablando acerca de sus vacaciones, fiestas y promociones, empiezas a embellecer tu propia vida para mantener ese ritmo. Si lo haces lo suficientemente bien en Instagram, YouTube y Twitter, uno puede convertirse en una micro celebridad».

Los “chicos del milenio” son la continuación de una tendencia más que una ruptura revolucionaria de las generaciones anteriores. No son una nueva especie, sino que sólo han mutado para adaptarse a su entorno.

«No es el resultado de la sobreprotección, sino una adaptación a un mundo de abundancia”. dice Jeffrey Arnett, profesor de psicología en la Universidad de Clark. Los chicos de hoy pueden hasta posponer sus elecciones de vida, ya que pueden elegir entre una gran variedad de opciones de carrera. ¿Quién definiría de forma temprana su camino hacia la sociedad  cuando el promedio es tener siete puestos de trabajo diferentes antes de los 26 años?. Inclusive, debido a la forma que tenemos para relacionarnos con gente on-line via Facebook o cualquier otra de las redes sociales existentes, uno no termina casándose con su compañera de estudios, o inclusive, alguien de su país de origen. Debido a que la esperanza de vida está aumentando, y que la tecnología permite que una mujer quede embarazada a los 40 años, se es más libres para posponer decisiones importantes. La edad media para el primer matrimonio de una mujer estadounidense pasó de 20,6 en 1967 a 26,9 en 2011.

Las empresas están empezando a adaptarse no sólo a los hábitos de los “Millennials” sino también a sus expectativas. Casi un cuarto de los 2.200 empleados de DreamWorks son menores de 30 años, y el estudio tiene una tasa de retención del 96%. Dan Satterthwaite, que dirige el departamento de relaciones humanas del estudio y ha estado en el campo durante unos 23 años, dice que la jerarquía de necesidades de Maslow deja claro que una empresa no puede simplemente dar dinero,  sino que también tiene que apoyar la autorrealización de sus empleados. Durante las horas de trabajo en DreamWorks, uno puede tomar clases de fotografía,  escultura,  pintura, cinematografía y  karate.

Los Millennials son capaces de utilizar su influencia para negociar muchos mejores contratos con las instituciones tradicionales. Aunque las fuerzas armadas tuvieron que bajar los estándares físicos para los reclutas y un campo de entrenamiento menos intenso, Gary Stiteler, que ha sido un reclutador del Ejército durante 15 años, está más impresionado con la generación del milenio que con cualquier otro grupo que ha trabajado antes. «La generación con la cual me aliste cuando empecé mi reclutamiento era una especie de hacer, hacer, hacer. Esta generación es pensar, pensar en ello antes de hacerlo».

Son una generación más optimista. «El positivismo me ha sorprendido. Internet fue siempre 50-50 positivos y negativos. Y ahora es 90-10», dice Shane Smith. Los Millennials son más propensos a aceptar las diferencias, no sólo entre los homosexuales, las mujeres y las minorías, sino en todo el mundo.

La prueba definitiva de que la generación del milenio podría ser una gran fuerza para el cambio positivo es esta: Tom Brokaw los llama a la “Generación Cautelosa”, y piensa que su cautela en las decisiones de la vida son una respuesta inteligente a su mundo. «Su gran mantra ha sido: el desafío es encontrar nuevas y mejores formas de hacer las cosas”

Así que aquí están, esta es una imagen más completa de los chicos del milenio. Son serios y optimista. Se abrazan el sistema. Son idealistas pragmáticos, soñadores. No tienen líderes. Ellos quieren la aprobación constante. Tienen un miedo enorme de perder y un acrónimo para todo. Se obsesionan con las celebridades, pero no las idolatran respetuosamente desde la distancia. No son de ir a la iglesia, a pesar de que creen en Dios, porque no se identifican con gran institución. Quieren nuevas experiencias, que son más importantes que los bienes materiales. Son espontáneos, reservados y no tan apasionados.  Son informados pero inactivos. Son Pro-Business. Son responsables financieramente. Ellos aman a sus teléfonos, pero odian hablar por ellos.

No sólo son la más grande generación que hemos conocido, sino que tal vez sea la última gran agrupación que permita hacer fáciles generalizaciones sobre ellos. Inclusive ya existen migrogeneraciones dentro del grupo del milenio, delineadas por cuantos lanzamientos uno vio del Iphone, de si aprendió a escribir antes de que Facebook, Twitter, iPads o Snapchat, etc.

Finalmente, sí, tenemos todos los datos que hablan de narcisismo y pereza;  pero la grandeza de una generación no está determinada por los datos, sino por la forma en que reaccionan a los desafíos. Si piensa que el nuevo milenio, o son la generación de empresarios optimistas, o un grupo de 80 millones de personas a punto de explotar en llanto cuando sus expectativas no son satisfechas, dependerá en gran medida de la forma que tenga de ver el cambio.

Yo, yo elijo creer en los niños. Dios sabe lo que hacen.

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