Mentime que me gusta

Mentime que me gusta
Foto: NBCNews

Por Gonzalo Thevenet

Si algo le puedo agradecer a Donald Trump es que puso el foco de atención en torno a las noticias falsas. Como su campaña generó demasiadas, y muchas eran demasiado disparatadas y estúpidas para ser creídas; lo cual no significa que nadie las creyera (dos ejemplos: Barack Obama es un militante islamista radical y los manifestantes anti – Trump recibían antes de las elecciones estadounidenses un salario mensual) ahora nos encontramos con muchísima gente alerta y atenta ante la aparición de noticias falsas. Gracias, Sr. presidente, aunque sé que no era tu intención.

La proliferación de sitios de internet dedicados a generar noticias falsas constituye una epidemia actual. Hay quienes comparan sus consecuencias con catástrofes naturales: 3 de 5 noticias entre las más compartidas en Facebook en Brasil durante los días previos a la posibilidad de que se votara a favor del impeachment a Dilma Rousseff, eran falsas. Estos días, estalló un escándalo relativo al rescate de una niña en el terremoto de México y ya se identificaron 7 grandes noticias falsas en los días previos las elecciones catalanas.

La enfermedad se expande rápidamente mientras lees esto. Las redes sociales amplifican hasta la explosión. La tan mentada democratización de la información mediante internet viene acompañada de su propia bacteria. Muchos sitios y redes se dedican a publicar información falsa adrede o sin verificar, que luego otras personas copiarán, y así sucesivamente. Entra el virus a tu vida.

¿Cuáles son los fines de esta falsedad? Las motivaciones son variadas: electorales (piensen en el magnate naranja), desprestigiar a la competencia, enriquecimiento, audiencia, publicidad, rating, clicks, popularidad, etc. Objetivos para atacar, lamentablemente, nunca van a faltar. Hace poco me enteré que en Veles, ciudad de Macedonia, había unos 100 sitios destinados a generar noticias falsas con relación a Trump. Estos websites generaban trabajo a cerca de 300 jóvenes y adolescentes, según varios testimonios. El gobernador expresó que la situación no le molestaba, es una forma de que tengan trabajo y paguen impuestos. Las noticias falsas son buenas para la economía local, seguramente serán bastante más negativas para el resto del mundo.

 

 

¿Hay remedios para esta enfermedad? Tenemos distintas opciones para evitar caer en las redes de la falsedad, por lo menos la mayor parte del tiempo. Pero si nos gustan los atajos, quizá es mejor dejar que nos sigan mintiendo. Los mecanismos de comprobación de datos pueden ser un proceso lento y engorroso. Actualmente, podemos contactarnos con sitios independientes que nos pueden ayudar en esta tarea: politifact.com o factcheck.org son dos ejemplos. En una universidad de Indiana, fueron un poco más lejos, por suerte: crearon un buscador web de noticias falsas llamado Hoaxy. Aún cuando necesite mejoras (nació en el 2016), Hoaxy es fácil de usar.

¿En mi país pasa esto? No podemos ser tan ingenuos y creer que son cosas de otros países. Piensen en el último recital del Indio Solari en Argentina. Según varios medios y redes nacionales, fallecieron unas 10 personas en el toque. Tiempo después muchos aclararon que solo habían muerto dos personas, pero ya era demasiado tarde. También pudieron observarse varias falsedades los últimos días, con respecto al peón agredido brutalmente el mes pasado, incluso hubo quienes calificaron la agresión de “supuesta”.

La cura para la enfermedad está en nuestras manos. Depende de nosotros si elegimos dejarnos mentir o tomamos la píldora roja e intentamos ver la realidad.

Gonzalo Thevenet
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