Identidad en la red: la clave para protegernos a nosotros mismos

Identidad en la red: la clave para protegernos a nosotros mismos
Foto: Freestocks

Por Jorge Chaves

Hola! Solo quería preguntarte si… ¿Dejarías la puerta abierta de tu casa, para que cualquiera que pasara por allí pudiera entrar…? ¿Dejarías que cualquiera husmeara tus cosas, se pusiera tu ropa, escuchara tus DVD, mirara tus fotos, y se llevara aquellas que más le guste…? ¿Lo dejarías acostarse en tu cama, acariciar tu mascota o jugar con tus hermanitos…? ¿Serías capaz de sacar una silla y sentarte en el medio de la calle, y contar a cada una de las personas que pasara a tu lado sobre tu vida…? ¿le contarías tus sueños, tu sufrimiento, tus ilusiones y alegrías, tus defectos y virtudes?… ¡No!, ¿verdad…?. Pues todo esos haces cuando no gestionas correcta y prudentemente tu información en internet, especialmente en las plataformas de blogging y microblobbing.

Se llama privacidad ese mantener a resguardo de los demás aquello que haces o dices para solo comunicarlo a aquellas personas en las que confías, e Intimidad, aquel complejo de percepciones y emociones que constituyen tu vida anímica y define tu ser más profundo y que solo compartes con aquellos a los que amas. Ambas se relacionen con lo que se llama reputación on line, que es lo que dicen de ti tanto en el mundo off-line como en el on-line.

Todo lo que hacemos y decimos en las redes sociales y otras plataformas de comunicación “habla” de nosotros, nos “construye” ante los demás, “teje” la trama de la idea que los demás se hacen de nosotros. Lo que dices, haces, comunicas y viralizas, respecto de tu vida y la de los demás, va redefiniendo tu identidad en la red. Internet no permite volver atrás. No hay arrepentimiento que valga. Una vez que se viraliza la información –foto, video, comentario, etc.- esta deja de “pertenecerte”, ya no tienes “dominio” sobre ella. Sera de los demás internautas, y sin quererlo, pequeños trozos de tu vida pasarán a formar parte del patrimonio de otro. Esa “parte” de ti queda “esclavizada” y a merced de los deseos de personas que ni siquiera sabes de su existencia. Esa foto o video, tuya o de un amigo o amiga, puede terminar en al álbum de algún depredador sexual, o ser objeto de burla y humillación por medio de conductas violentas como las del bullying, el ciberacoso escolar o sexual, o el ciberhostigamiento, esa presencia que te acecha y no te deja en paz.

No eres más popular ni exitoso porque tengas más “me gustas” en el muro o mas contactos en el face o instagram o donde sea. Pero sí lo eres cuando tienes la capacidad de transformar la vida de las personas que te rodean mediante el amor, la entrega, la solidaridad y el respeto. Respétate porque vales mucho. Y respeta porque los demás también son importantes para ti. No seas cómplice de la violencia que se genera en la red. No viralices esa información de un amigo o amiga que sabes que le puede hacer un daño terrible, cuyas consecuencias pueden –y de hecho lo han hecho- terminar con una vida. Es un peso insoportable que no querrá nunca llevar, y que jamás podrás dejar a un lado.

 

 

Si te están acosando, si estas siendo víctima de algún tipo de violencia en la red, no calles. Pero no te abras a cualquiera, y menos en la red. Recuerda que muchas personas peligrosas, como los depredadores sexuales, son hábiles manipuladores y expertos en trabajar esa vulnerabilidad emocional, para ganarse tu confianza, decirte lo que querés oír, y luego de obtener información sensible, tratar de abordarte sexualmente mediante extorsión.

Recuerda que nunca puedes saber con certeza quien está en realidad detrás de esa foto de perfil y la info que la acompaña. Hostigadores, cibermatones, acosadores sexuales y trolls se esconden en identidades falsa para acechar y cazar mejor a su presa.

No cedas a la extorsión ni a la amenaza, que además son un delito castigado por la ley. Busca ese adulto, papá o mamá, el tío, el hermano mayor, etc. y pide auxilio. No hay en ello nada vergonzoso. Somos humanos, cometemos errores y necesitamos de los demás. No cedas.

Ante la amenaza y la extorsión puedes llamar al Departamento de Delitos Informáticos de la localidad en la que vivas, o comunicarte con las Unidades Especializadas en Violencia doméstica y de Género.

Recuerda ¡nadie puede protegerte mejor que vos mismo!

Jorge Chaves
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