Sufrimiento infantil: ¿por qué los niños franceses no padecen déficit atencional?

Niños franceses no padecen déficit atencional
Foto: Anissa Thompson

Por Marilyn Wedge

En los Estados Unidos, al menos 9% de los niños en edad escolar han sido diagnosticados con TDAH, y están tomando medicamentos farmacéuticos. En Francia, el porcentaje de niños diagnosticados y medicados para el TDAH es menos de 0.5%.

¿Cómo es que la epidemia del TDAH, que se ha consolidado en los Estados Unidos,  ha pasado casi por completo desapercibida en los niños franceses?

¿Es el TDAH un trastorno biológico-neurológico? Sorprendentemente, la respuesta a esta pregunta depende de si usted vive en Francia o en los Estados Unidos. En los Estados Unidos, psiquiatras consideran al TDAH como un trastorno biológico con causas biológicas. El tratamiento es también biológico a través de medicamentos estimulantes, como Ritalin y Adderall.

Psiquiatras franceses, en cambio, ven el TDAH como una condición médica que tiene causas psico-sociales y situacionales. En lugar de tratar la focalización de los niños y sus problemas de comportamiento mediante medicamentos, los médicos franceses prefieren mirar el problema subyacente que está causando el sufrimiento,  no en el cerebro del niño, sino su contexto social, el cual será aborado a través de la psicoterapia o terapia familiar. Es una manera muy diferente de ver las cosas en comparación a la tendencia estadounidense de atribuir todos los síntomas a  una disfunción biológica, a un desequilibrio químico en el cerebro del niño.

Los psiquiatras franceses no utilizan el mismo sistema de clasificación como sus colegas estadounidenses, con esto nos referimos puntualmente al uso del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders o DSM, por sus siglas en inglés). Según el sociólogo Manuel Vallée, la Federación Francesa de Psiquiatría ha desarrollado un sistema de clasificación alternativo como una resistencia a la influencia de la DSM; esta alternativa fue la CFTMEA (Clasificación Française des Troubles mentaux de L’Enfant et de L’Adolescente), lanzado por primera vez en 1983 y actualizado en 1988 y 2000. El enfoque del CFTMEA está en identificar y abordar las causas subyacentes de los síntomas psicosociales de los niños, y no en la búsqueda de los mejores «parches» farmacológicos con las cuales enmascarar síntomas.

En la medida en que los médicos franceses tienen éxito en encontrar y reparar lo que ha ido mal en el contexto social del niño, son menos los que  califican para el diagnóstico de TDAH. Por otra parte, la definición de TDAH no es tan amplia como en el sistema americano, el cual tiende a «patologizar» gran parte de lo que es el comportamiento normal de la infancia. El DSM no considera específicamente las causas, por lo tanto, lleva a los médicos a dar el diagnóstico de TDAH a un número mucho mayor de niños, posteriormente tratados con productos farmacéuticos.

 

 

La visión integral francesa también permite considerar las causas nutricionales entre los síntomas del  TDAH, específicamente el hecho de que el comportamiento de algunos niños se agrava después de comer alimentos con colorantes artificiales, ciertos conservantes y/o alergenos. Los médicos que trabajan con niños con problemas en este país, por no hablar de los padres de muchos niños que sufren TDAH, son muy conscientes de que las intervenciones en la dieta a veces puede ayudar al niño. En los Estados Unidos, el enfoque estricto sobre el tratamiento es farmacéutico, anima a los médicos a pasar por alto la influencia de factores de la dieta sobre el comportamiento.

Es pertinente destacar las diferentes filosofías relacionadas con la educación de los niños en los Estados Unidos y Francia. Pamela Druckerman destaca los estilos de crianza divergentes en su reciente libro, la educación de Bébé. Sus ideas son relevantes para la discusión de por qué los niños franceses no son diagnosticados con TDAH a diferencia de las cifras que vemos en los Estados Unidos, destacando un estilo muy divergente entre ambos países.

Desde el momento en que sus hijos nacen, los padres franceses construyen una fuerte estructura sobre sus hijos basada en determinados limites, un ejemplo de ello es que no consumen alimentos entre horas; las comidas son en cuatro mometnos específicos del día, los niños aprenden a esperar pacientemente la hora de las comidas en vez de comer bocadillos cuando lo desean.

Druckerman observa que los padres franceses aman a sus hijos tanto como los padres estadounidenses, les dan clases de piano, los llevan a la práctica deportiva, y los alientan a aprovechar al máximo sus talentos,  pero los padres franceses tienen una filosofía diferente de la disciplina, aplicando límites consistentes, logrando que los niños se sientan más felices y más seguros. Por último, los padres franceses creen que escuchar la palabra «no» salva a los niños de la «tiranía de sus propios deseos».

Para la autora, quien es terapeuta de niños, tiene sentido que los niños franceses no necesitan medicamentos para controlar su comportamiento porque aprenden autocontrol de manera temprana en sus vidas. Los niños crecen en familias en las que las reglas son bien entendidas, y una jerarquía familiar clara y firme. En las familias francesas, como Druckerman las describe, los padres se encuentran firmemente a cargo de sus hijos, en lugar del estilo de la familia estadounidense, en el que la situación es muy diferente.

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Wedge, M. (2012, marzo 8). Why French Kids Don’t Have ADHD. Psychology Today. Recuperado 12 de julio de 2013, a partir de http://www.psychologytoday.com/blog/suffer-the-children/201203/why-french-kids-dont-have-adhd

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  1. Muy bueno!!!!!

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