Redes sociales: el nuevo paradigma vincular

Redes sociales: el nuevo paradigma vincular
Foto: kaboompics.com

Por Daniel A. Fernández

Los avances tecnológicos nos invaden y no podemos escapar de ellos, salvo que pretendamos regresar a la Edad de Piedra y comportarnos como cavernícolas que aún ansían descubrir el fuego. Y así, de la mano de la tecnología, también las llamadas “redes sociales” han llegado para quedarse y para formar parte de nuestra vida cotidiana. Sí, nos guste o no admitirlo.

Mucho se habla en estos días de los “vínculos virtuales”, como minimizándolos en relación a lo que serían los “vínculos reales”. Pero… ¿existe algo semejante a un vínculo virtual? ¿Qué es? ¿Por qué se lo denigra en cierto modo? ¿Por qué se lo diferencia de lo llamado “real”? Si nos remitimos al diccionario de la Real Academia Española, vemos que una de las acepciones del término “virtual” nos dice: “Que tiene existencia aparente y no real”. Sin embargo, más allá de lo que nos diga un diccionario, lo cierto es que día a día millones de personas interactúan por las redes sociales con otros que, supuestamente, no tienen una entidad auténtica. ¿Es en verdad así? ¿O será que no se trata de vínculos virtuales?

Todos, en mayor o menor medida, interactuamos en las redes y tenemos centenares o miles de contactos; aunque con mayor frecuencia nuestra interacción se limita apenas a diez o quince de esos contactos. ¿Por qué? Tal vez porque el tiempo no alcanza para todo, tal vez porque en esos contactos predilectos vemos afinidades o características que nos hacen tenerlos más en cuenta, o tal vez porque son justamente esos contactos quienes trascendieron la barrera de lo virtual y nos hicieron comprender que dicha virtualidad no existe y jamás existió.

 

 

Un contacto virtual sería el que podríamos establecer con un robot, con un simple programa de computación que imite a un ser humano; pero detrás de cada computadora, celular o tablet siempre existe una persona que está interactuando y poniendo en juego su singularidad. Por lo tanto, absolutamente siempre, nos estamos comunicando con otra persona. En este sentido, la virtualidad no es tal sino apenas el nombre que le damos a la herramienta de comunicación más usada en esta Era. ¿Quiénes se comunican? Efectivamente humanos y no máquinas ni entes imaginarios.

Muchos son los que se enojan, ríen, emocionan, hacen catarsis o, simplemente, se sienten menos solos en estas mal llamadas “redes virtuales”. También están aquellos que atribuyen a un otro, a quien todavía no conocen demasiado, características que en verdad no tiene y por ende se enamoran apenas de una fantasía. Pero… ¿no ocurre acaso lo mismo en el llamado mundo real? Por supuesto que sí. Por lo tanto, quizá debamos descartar la absurda creencia de que “todo tiempo pasado fue mejor” y aprovechar las ventajas tecnológicas de esta Era, que sin duda nos permite entrar en contacto con otros seres humanos a partir de esta mal llamada “virtualidad”. Tal cosa, no es más que una herramienta. Y una herramienta más que saludable a nivel psíquico, puesto que nos ayuda a vincularnos.

Daniel A. Fernández
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