Maltrato constante: el cyberbullying

Maltrato constante: el cyberbullying
Foto: Overseas News

Por Signe Whitson

Según un recién estudio realizado por el Centro de Investigación de Cyberbullying, o Cyberbullying Research Center en Ingles, aproximadamente el 20% de los niños entre los  11-18 años dicen que han sido víctimas de agresiones a través de Internet. En un mundo de titulares catastróficos y sensacionalistas, estos números, en realidad, no suena tan mal, pero si se toman el tiempo de charlar con cualquier usuario de internet en edad escolar, podremos notar que el peligro que representa el acoso cibernético no radica en la amplitud de autores y víctimas, sino en la profundidad del daño que pueden llegar a generar.

¿Qué es exactamente lo que hace que el acoso cibernético, o cyberbullying, sea tan malo?

No hay descanso

Antes de la llegada de las redes sociales, teléfonos celulares y planes ilimitados de SMS, los jóvenes que eran intimidados en la escuela podían contar con las horas en las que se encontraban en su hogar como un respiro del ridículo y de la burla. Hoy en día, los niños están conectados el uno a las otras 24 horas, los 7 días a la semana, por 365 días del año. La intimidación a través de estos medios es perpetua.

No es necesario el contacto visual directo

Difundir rumores en línea acerca de una persona es una cosa, y decir cosas malas frente a frente es otra muy distinta. A los jóvenes les resulta mucho más fácil ser crueles cuando no tienen que mirar a los ojos al otro. Uno de los más graves peligros de acoso cibernético es que puede producirse de forma anónima, los autores operan desde detrás de los teclados y pantallas, en lugar de cara a cara. Los niños aprenden rápidamente que a través del cyberbullying pueden agredir sin necesidad de confesarlo o hacerlo público. Para muchos, el anonimato es una salida rápida sin culpas.

El dolor es viral

El daño físico, verbal, e incluso la intimidación relacional,  generalmente ocurren como un encuentro entre un niño que intimida y su objetivo. En los casos en donde hay público para tales agresiones, siempre se limitan a unos pocos a su alrededor en ese momento puntual, puede ser en la parada del bus, o en el recreo, etc.  En el acoso en línea, la audiencia potencial es ilimitada: textos crueles, fotos embarazosas, videos humillantes y mensajes viciosos se pueden compartir sin parar y permanecer en línea para siempre. Con el simple click de un «enviar» o en «actualizar estado» se genera un daño instantáneo y casi inimaginable.

 

 

Uno no puede simplemente retractarse

Debido a la naturaleza de la tecnología, “lo que sucede en Internet se queda en Internet”. Cuando hablo con niños que se encuentran en edad escolar, a menudo comparo el cyberbullying a exprimir la pasta de dientes de su envase, para luego explicarles que una vez que la pasta está fuera, es imposible volver a meterla en el tubo.  A pesar de las disculpas verbales que puedan darse en un caso de acoso en línea, una vez que se divulga la información, o fue enviado el SMS, quedará a disposición de cualquier persona que lo reciba y que pueda reenviárselo a alguien más.

La proximidad no es necesaria

La intimidación física requiere de dos personas a corta distancia, así como la exclusión social es más dolorosa en tiempo real. En el cyberbullying, por el contrario, se nutre del “después de hora” y la distancia. Incluso cuando una persona joven se encuentra seguro en su hogar, puede ser  a la vez, objeto de ataques en línea por sus compañeros. No hay límites de tiempo o espacio con el acoso cibernético.

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Fuente: Whitson, S. (s. f.). 5 Things Adults Need to Know About Cyberbullying. Psychology Today. Recuperado 13 de diciembre de 2013, a partir de http://www.psychologytoday.com/blog/passive-aggressive-diaries/201310/5-things-adults-need-know-about-cyberbullying

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  1. «Para muchos, el anonimato es una salida rápida sin culpas.» Cuanta verdad y cuanto daño. Personalmente creo, que los mayores deberían de controlar a sus menores a cargo en el uso de las redes. En mi ciudad, Fray Bentos (Río Negro) pasa muy frecuente esto de hacer un perfil anónimo y utilizarlo para subir fotos, criticar desde lo que tiene puesto a como le queda el peinado, etc. sin control. Y afecta aún más porque es una ciudad pequeña donde nos conocemos todos y esto ayuda a que la maldad se propague con mucho más facilidad y se forme mucho más cruel. Pienso que hay que darle una atención muy centralizada a estos casos, los daños son irreparables en la mayoría.

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