Los secretos familiares: “de eso no se habla…”

Los secretos familiares: “de eso no se habla…”
Foto: Peter Gustafson

Por Andrea Coppola Zicari

Los secretos familiares conviven en el interior de muchas familias, cumplen una función y están estrechamente vinculados a la forma que han encontrado para comunicarse sus integrantes.

Tienen que ver con información que pertenece a uno de los miembros de la familia o a varios y que no puede salir a luz. Información relacionada a la sexualidad, pareja, infidelidades, adopciones, situaciones de consumo, patologías, abusos y transgresiones que forman parte de la novela familiar.

Según la real academia española, el secreto, significa algo “Oculto, ignorado, escondido y separado de la vista o del conocimiento de los demás”.

Dentro de sus funciones se evidencia: un pacto implícito de silencio, la construcción de alianzas con quienes se comparte y deja afuera a quienes desconocen la información que encierra.

Su carácter de prohibido hace quedar afuera la circulación de información familiar por los canales naturales.

Entre quienes saben y quienes no saben, se va conformando una trama de división familiar, violencia, malestar y relaciones de poder (el que guarda el secreto, u obliga a guardarlo, tiene el poder de la información en relación a los demás), y surgen en consecuencia la consolidación de familias disfuncionales.

Son familias que viven en forma natural la mentira y el ocultamiento de información fundamentadas en el discurso que “es por no lastimar al otro”. Discurso que esconde en su contracara la no exposición, la culpa y/o vergüenza que le generaría a la persona develar la verdad, lo cual hace difícil el contacto con la realidad, el hacerse cargo y construir relaciones familiares saludables y significativas.

Se evita de esta manera la vivencia de no ser juzgado, seguir siendo respetado y se mantiene la imagen de familia ideal, en la cual todas las dificultades y conflictos son vistos en el afuera.

El mantener un secreto conlleva a un gasto energético y tensión importante presente en la comunicación, la cual no circula en forma espontánea y libre. En ocasiones también surge el aislamiento, la tristeza y la depresión como punto de partida de no poder procesar algo que la persona sabe que no coincide con lo que su familia le muestra.

Se construye un círculo vicioso sin salida, cuando no se logra llegar al fondo de qué es lo que está pasando, se intensifica el secreto, las relaciones conflictivas, crece la desconfianza, no se encuentra la salida y se da paso a los síntomas en sus diversas formas de manifestación:

  • Es frecuente la detección de dificultades de aprendizaje y comportamiento en niños que conviven en este tipo de familias. Les cuesta aprender, asimilar la información, socializar, sentirse seguros, confiar, decir la verdad, desarrollarse y en definitiva es el paralelismo de la forma de vincularse con su familia.
  • En la etapa adulta, cuando estas situaciones se mantienen sin resolverse, podemos encontrarnos con quienes repiten y fracasan en sus vínculos más estrechos, sin lograr un cambio, somatizan y se alejan de su proyecto de vida.

 

 

Con el título sugestivo de la película argentina; “De eso no se habla” (1993), dirigida por María Luisa Bemberg y protagonizada por Marcello Mastroianni, Luisina Brando y Alejandra Podestá, se refleja la trama en cuestión. Leonor, protagonizada por Luisina Brando, es una viuda, rica, madre de una hija de trece años; Charlotte (protagonizada por Alejandra Podestá) quien presenta enanismo y cuya madre cuida en forma obsesiva. Leonor es una figura de tanto poder en el pueblo, que ha logrado la complicidad de la gente para que no hablen de su hija. La película es muy interesante ya que todo el tiempo muestra lo que todos saben y a su vez de lo que no se puede hablar, el vínculo entre esa madre y esa hija a punto de partida de lo oculto, lo que no se dice y no se pregunta y como la hija logra la salida y liberación del círculo vicioso al que hacíamos referencia.

En este caso se evidencia a la familia de Charlotte que es su madre quien cierra las puertas al mundo exterior y el costo emocional que esto tiene para su hija.

La percepción de que algo se le está ocultando a alguien es similar a la traición, la respuesta asociada es la agresión o diversas patologías que no mejoran si la realidad no se devela.

Lo que se oculta persiste en el inconsciente según el psicoanálisis. La persona ya lo sabe o lo presiente, solo resta que el otro se los confirme. En términos de comunicación no verbal también existe un lenguaje a decodificar. El cuerpo habla y también transmite un mensaje que no está en concordancia con el lenguaje verbal cuando la comunicación no es veraz.

Finalmente, cuanto mayor tiempo se mantiene el secreto, mayores dificultades se encontrarán para crecer. El compartir las verdades de la historia familiar, por más dolorosas que sean, fortalece los vínculos y permite transitar el proceso de la vida sobre una base de confianza, honestidad, resiliencia y aprendizajes.

Los problemas son parte de la vida y de la forma que nos posicionemos frente a ellos, partiendo del grupo primario que es la familia, dependerá como logremos adaptarnos, evolucionar y convivir en sociedad.

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Bibliografía:

  • Anzorena, O. El arte de comunicarnos, Ediciones Lea, Buenos Aires, 2008
  • Berenstein, I. Acerca de la transmisión de los significados a través de la estructura familiar, Psicoanálisis de la estructura familiar, Cap. V, Paidós, 1981.
  • Carrel, A. Lo íntimo, lo privado y lo público, Revista AAPPG, Vol. XVI, nº 1-2,1993.
  • Madanes, C, Terapia familiar estratégica, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2001
  • Rojas, M. C. Fundamentos de la Clínica Familiar Psicoanalítica, Familia y Enfermedad Mental, Buenos Aires, Paidós, 1991

Andrea Coppola Zícari

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