La dictadura de la friendzone como forma de perpetuar el machismo

La dictadura de la friendzone como forma de perpetuar el machismo
Ilustración: Laura Sandoval

Por Katia Silvera

La historia que se cuenta.

Se conocieron en la facultad y él inmediatamente se sintió enamorado. Ella lo trataba bien, era amable y aceptaba de buen grado sus conversaciones, propuestas de salidas y ocasionales regalos. Un día le dijo que le gustaba, pero ella admitió que “solo lo quería como amigo”. Al poco tiempo consiguió otro novio, por supuesto más malo, poco interesante, atractivo y nada inteligente.

Esta es una historia que escuchamos hasta el cansancio. Alguien fue arrojado en la mortal e imperdonable friendzone. Una chica recibió todo tipo de atenciones, regalos, en el fondo sabía que él estaba enamorado de ella, pero jugó con su corazón, se aprovechó de la situación y finalmente, lo rechazó cruelmente.

La realidad detrás de todo esto

Lo que todos debemos saber es lo siguiente: nadie está obligado a amar a nadie, ni tampoco a tener relaciones con una persona solamente porque te prestó atención y te trató con amabilidad. La llamada friendzone es solamente un método de culpar al otro por el hecho concreto: te gustaba alguien, pero ese alguien no estaba obligado a corresponderte. Porque en el amor es así. Amamos y a veces no nos aman.

Quizás la peor parte del asunto es cuando se plantea el interés económico de la chica como motivador para continuar con la relación de amistad. Ella recibía regalos, por ende, lo precisaba como amigo. Es una continuación de la idea de que el hombre debe pagar cenas y dar beneficios a las mujeres, porque después de todo son los que poseen el poder en ese campo. Las flores, los bombones y las salidas como metáfora de la dependencia femenina. Los regalos aseguran el cariño, pero si terminan en una relación de amistad, entonces esa persona se está aprovechando, está consiguiendo todo, sin ceder su cuerpo o su corazón.

 

 

¿Amistad entre el hombre y la mujer?

Lleva también a la inevitable discusión entre las amistades entre hombres y mujeres. Pero para no caer en eso, vamos a plantearlo así: La amistad entre CUALQUIER TIPO de ser humano. Porque resulta que esa chica que, dentro de su crueldad, envió a alguien a la friendzone, según el afectado, estaba mal por buscar solo una amistad. Toda forma de amistad, bondad y reciprocidad con alguien del sexo masculino debe terminar, según el “friendzoneado” en un noviazgo, o al menos en un contacto sexual. La amistad no existe como forma posible.

Mucho menos si es para irse con alguien peor que yo…

Porque siempre, el afectado, era más amable, más bueno y la iba a tratar mejor que el nuevo novio. Como si pensar en los beneficios románticos y sexuales de antemano, como forma obligada, fuera de “buena persona”. Si se pudiera definir claramente quien es “buena persona”, probablemente no contendría a alguien que se encapricha con una mujer y la considera ya su objeto personal. La mujer es de ese hombre: la eligió, trabajó para quedarse con ella, la Friendzone es para él la prueba de todo lo malo del mundo. Lo malo es el rechazo, lo malo es la amistad obligada con una mujer que está ahí para darme lo que quiero, no otra cosa.

Katia Silvera
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