El violinista de Diablo

El violinista de Diablo
«El violinista del diablo» (2013)

Por Fernando Sorrenti

El violinista de Diablo, es un filme basado en la vida del talentoso violinista y compositor italiano Nicolo Paganini que nació en 1782 y falleció en 1840. La película comienza con un breve pantallazo del protagonista en su niñez, tratando de impresionar a su padre con una ejecución de una obra propia. Este artista ya a los nueve años componía sus propias obras, según nos cuentan sus biógrafos, como también nos dicen que el padre había depositado grandes expectativas en él, profetizando que su hijo seria el más grande violinista de todos los tiempos.

Esta escena me llevo a ver el papel que juegan los mandatos paternos en la formación del individuo, queda acentuado en el pacto demoniaco que firma con Urbani, su representante artístico y servidor del diablo. Freud nos habla del caso del pintor Cristoph Haizmann, donde revela en dicho pacto que el demonio sustituye al padre y lo explica desde la génesis de nuestra relación con nuestro él. Dios, sería una representación del padre tal como lo vivió en la niñez el sujeto y como sabemos, en este tipo de vínculos hay aspectos ambivalentes, es decir sentimientos tiernos por un lado y hostiles por otro. Se explica entonces que la representación paterna tendría dos caras opuestas como el dios Juno de la mitología griega, donde por una mostraría todos los aspectos positivos y por la otra todo lo negativo.

En el protagonista de la película, podríamos decir que al vender su alma al diablo estaría sustituyendo la figura del padre por su agente artístico, quien se encargaba que Paganini cumpla con ese mandato paterno. Podemos inferir entonces que la vida licenciosa que llevaba era una resistencia a ese mandato que exigía disciplina y entrega total.

Lo que también nos lleva incursionar en la segunda tópica del aparato psíquico expuesto por Sigmund Freud en 1923. Cuando me detuve a observar el rol del actor David Garrett interpretando a Nicolo Paganini, nos muestra a un hombre gobernado por sus vicios, alcohol, mujeres y juego. Es una persona que se deja llevar por sus impulsos que en una carta de Urbani a Watson, (el organizador de una serie de conciertos en Londres) lo deja entrever: «Como vera estoy lidiando con los esfuerzos de un genio y como tal, no se considera sujeto a las mismas reglas de los hombres ordinarios.»

¿No está sujeto a que reglas? sin dudas que se está refiriendo a las obligaciones contractuales contraídas, está hablando veladamente del principio de realidad, principio que la mayoría de las veces entra en conflicto con el Ello.

Esta frase la relacioné con esta aseveración de Georg Groddeck que cita Freud, donde dice que los individuos somos «vividos» por fuerzas desconocidas e ingobernables, esto nos acerca al Ello. Se concibe esta instancia como el reservorio primario de la energía psíquica y por ende donde están las pulsiones. Se caracteriza por ser inconsciente y estar regido por el principio del placer, lo que lo lleva desde un punto de vista dinámico a confrontarse con el yo y el superyó.

Al contemplar el papel del señor Watson, el patrocinador de los conciertos en Londres, se ve a un sujeto que debe mediar entre los caprichos de Nicolo Paganini, las exigencias de Urbani y la presiones de una sociedad ávida por escuchar al famoso artista. Tal como lo hace el Yo con las otras instancias del aparato psíquico.

El Yo es una prolongación del Ello modificado por la influencia del mundo exterior, regido por el principio de realidad, representa la razón. En esta instancia se recibe las percepciones externas y las internas, tales como sensaciones y sentimientos.

Watson trata de mantener todo bajo control, pero en muchas ocasiones debe ceder a las exigencias de sus invitados, lo que bien se aplica a la comparación del jinete y el caballo. El Yo es un jinete que trata de dominar el ritmo y la dirección del galope del Ello, pero muchas veces no le queda otra opción de dejarse llevar por él.

En esa situación en la que se encuentra Watson, la de satisfacer a todos, brindar el concierto al publico londinense y satisfacer las demandas del violinista, así como el Yo tiene que servir a que las otras instancias estén de acuerdo; complacer las pulsiones del ello sin que entre en conflicto con el Súper Yo y a la vez no sea algo inadecuado con el mundo exterior. Se asoma el tema de los vasallajes del yo.

En este director de orquesta se puede apreciar como la angustia se pasea, ante el miedo de perderlo todo (su reputación, sus bienes y su familia) por la actitud voluble del protagonista. Eso significaría la muerte social de este hombre, por eso me aventuro a decir que la angustia de castración esta rondando alrededor de este personaje continuamente.

 

 

Paganini encontrara en la bella Charlotte una conexión que lo deja a las puertas de la redención, pero será un objeto inalcanzable, y esa melancolía por la pérdida de esta joven lo acompañará hasta el último día de su vida, según nos muestra este filme.

Urbani es el titiritero de su representado, es quien sabe llevarlo hacia donde él quiere, aunque a veces parece dejarse llevar por los arrebatos impulsivos de Paganini, otro ejemplo del yo y el ello. Pero es este agente artístico quien le recuerda que tiene un mundo por conquistar con su violín y es quien lleva adelante su vida detrás de bambalinas.

La idea del Súper yo saltó a escena de la mano de este personaje, Urbani. Esta instancia de la personalidad es una escisión del Yo y por su carácter inconsciente esta más cerca del Ello. Su papel es muy similar a la de un juez, supervisando al Yo. Freud, coloca en esta instancia la conciencia moral y los ideales, es el heredero del complejo de Edipo; se forma por exigencias y prohibiciones parentales.

Urbani supervisa la vida de su representado, actuando como la conciencia moral, señalizándole errores y prohibiéndole que concrete una relación amorosa con la cantante Charlotte de quien se había enamorado, censurándolo mediante intrigas y engaños. Si tomamos a este agente del demonio como una representación Superyoica, tampoco resulta difícil vincularlo a las pulsiones de muerte, es decir aquellas tendencias o empuje a la vuelta del estado inorgánico.

“Por qué me haces esto. Siempre me presionas, nunca preguntas y no lo discutes” Paganini le reclama a Urbani. Y en esta escena me parece que ilustra esa conflictividad que se produce entre estas instancias.

Sin dudas, podemos ver las pulsiones de vida canalizarse a través de notas musicales. Paganini confesara que vive en la música que todo lo que es y hace lo pone en ella, pero también estas pulsiones estarán presente en los sentimientos que esta joven despierta en el.

Urbani no ve con buenos ojos hacia dónde va evolucionando la relación con Charlotte, por eso mediante intrigas ataca y destruye esa relación para evitar perder control sobre Paganini.

En esa acción me remite a los vasallajes del yo. Cuando el Súper yo le reclama al Yo por estar en falta con él, generando en este un sentimiento de culpa que se observa en las cartas que le escribe a su amada perdida.

Urbani representa a ese super yo sádico y cruel por momentos, que no duda en actuar cuando Paganini no cumple con lo pactado, asi como el Yo no puede complacer al Super yo. Es entonces que aparece la culpa. Lo que nos conduce a la amenaza de castración, lo cual vemos cuando el protagonista es sometido al descredito y prisión por un plan tejido en la oscuridad por su representante.

Si bien la critica cinéfila no ha sido muy benigna con este filme, ha sido útil para este tipo de abordaje con otra mirada.

Cabe aclarar que este trabajo está basado fundamentalmente en el personaje de la película y no tanto en el real.

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Bibliografía:

  • El Yo y el Ello y otras obras (1923-1925). Sigmund Freud. Tomo XIX – Ediciones Amorrortou
  • Video y Película “El Violinista del Diablo”. Director: Bernard Rose, actores principales: David Garret, Jared Harris y Joely Richardson. Estrenada en 2014.
  • Wikipedia, la enciclopedia libre: Biografía de Nicolo Paganini. http://es.wikipedia.org/wiki/Niccol%C3%B2_Paganini
  • Historias y Biografías HB. Nicolo Paganini. http://historiaybiografias.com/paganini/
  • Diccionario de Psicoanálisis – J. Laplanche – J.B. Pontalis.

Fernando Sorrenti
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