El chantaje emocional

El chantaje emocional
Foto: Burak Kostak

Por Amarilis Irigoyen

El chantaje emocional es una forma de control, que utiliza la culpa y otros sentimientos, para lograr que la gente actúe de acuerdo a los deseos del manipulador. El mensaje oculto es: “Si no me das lo que deseo, vas a sufrir o eres muy malo y egoísta, porque me haces sufrir a mí”.

¿A veces te sientes «obligado» a hacer cosas que no deseas?

¿Qué es el chantaje emocional?

¿Cuántas veces te han pedido algo de tal manera, que si te niegas te sientes mal, pero si aceptas, también te sientes mal? Seguramente muchas.

Esto sucede cuando nos manipulan o chantajean emocionalmente.

En el chantaje emocional, el chantajista provoca malestar, angustia, miedo o culpa, para obtener lo que desea de las personas.

Todos hemos manipulado emocionalmente a los demás en algunas ocasiones, y todos hemos sido manipulados.

El chantaje emocional se da a cualquier edad, (lo empezamos a ver en niños pequeños) y se utiliza en cualquier tipo de relaciones (familiares, sociales y laborales).

Sin embargo, causa grandes daños en las relaciones, por lo que es importante:

  1. Si lo utilizamos nosotros, aprender formas más adecuadas de pedir y expresar nuestros deseos, sentimientos y preferencias.
  2. Si lo usan con nosotros, evitar ser víctimas de él.

Cuando nos chantajean emocionalmente, nos sentimos atrapados porque:

  • Por un lado, si cedemos, nos sentimos molestos y enojados con la persona que nos está manipulando y con nosotros mismos, de esa forma el resentimiento se va acumulando.
  • Por el otro, si no cedemos:
  1. Nos sentimos culpables, porque la otra persona se presenta como la víctima.
  2. Provocamos el enojo o ira de la otra persona y como consecuencia somos amenazados o agredidos verbalmente.
  3. El chantajista nos deja de hablar.
  4. Nos quita el dinero, la ayuda o cualquier otra cosa en la que dependemos de él.
  5. Se autocastiga, dejándose de cuidar (por ejemplo de tomar sus medicinas o seguir su dieta, si está enfermo), etc.

El chantajista emocional no actúa por maldad. Si bien es egoísta, es sumamente inseguro y tiene miedo perder el cariño y la atención de la gente que lo rodea. Sin embargo no acepta su inseguridad ni sus temores. Al contrario, trata de hacernos creer que somos nosotros quienes lo necesitamos, por lo que debemos mantenerlo contento para que no se aleje.



El chantajista y su víctima

En el chantaje emocional, la víctima se siente indefensa e incapaz de tomar decisiones basadas en sus propias necesidades o deseos, por:

Miedo a:

  1. Ser rechazada,
  2. Perder la relación
  3. Perder el amor del chantajista, aunque se mantenga la relación
  4. Que la otra persona la haga sufrir, por ejemplo dejándole de hablar
  5. Que cumpla sus amenazas de no darle lo que necesita (que deje de ser importante para ella, que se busque otra persona, etc.).

Sentimientos de culpa por:

  1. Hacer sufrir al chantajista.
  2. Ser malos y egoístas.
  3. Pagarle tan mal por todo lo que el chantajista ha hecho por la víctima.

Aunque todos podemos ser víctimas del chantaje emocional, algunos «caemos» en el juego del chantajista con mayor facilidad que otros.

Somos más vulnerables cuando:

  1. Hemos «fracasado» en otras relaciones y no queremos volver a «fracasar».
  2. Nos da miedo quedarnos solos.
  3. La aprobación de los demás es muy importante para nosotros.
  4. Tenemos una gran necesidad de mantener paz y tranquilidad en nuestras relaciones, evitando todo tipo de conflicto o confrontación.
  5. Nos asusta, angustia o preocupa que la gente se enoje con nosotros.
  6. Nos sentimos responsables o culpables de los sentimientos de los demás (de hacerlos sentir mal).
  7. Nos da miedo cualquier cambio.
  8. Nos sentimos inseguros de nuestro valor o capacidad personal.

¿Que hacer?

Si actúas como víctima, pregúntate qué es lo que te impide decir «no», poner límites o pedir un trato diferente.

Evita, en la medida de lo posible a las personas que tratan de manipularte, pero no trates de cambiarlas. No es tu responsabilidad hacerlo, ni está dentro de tu capacidad, probablemente necesitan ayuda profesional.

Si actúas como el manipulador, piensa por qué no puedes pedir lo que deseas de una manera clara y directa: ¿qué es lo que te da miedo?, ¿qué necesitarías para actuar de una manera diferente? o ¿cómo podrías lograrlo?

Tanto el que juega el papel de chantajista como el de víctima, necesitan analizar cuál es su nivel de autoestima y trabajar en ella para fortalecerla.

Si necesitas ayuda, no dudes en pedirla.

Las relaciones en donde se da una manipulación emocional, pueden mantenerse cerca físicamente, sobre todo si son entre padres e hijos, pero emocionalmente acaban separadas por el enojo y el resentimiento y no vale la pena.

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Fuente: Irigoyen, A. (2014, octubre 19). El Chantaje Emocional. Recuperado a partir de http://10coach.com/blog/entry/151-el-chantaje-emocional.html

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