Design thinking: innovar en la planificación didáctica


Design thinking: innovar en la planificación didáctica
Foto: Pixabay

Por Evangelina Méndez y Tania Presa

Planificar, ¿hay lugar para la innovación?

Dentro de la gran cantidad de actividades cotidianas que los docentes desarrollan en su práctica, podemos identificar a la planificación como una rutina que suele estar cargada de adjetivaciones que connotan la carga, la reiteración, la rutina, la programación, el requerimiento administrativo, instrumento de control, entre otras caracterizaciones.

La tarea de planificar de todo docente, ha de enmarcarse en un modelo didáctico que se inscribe bajo determinadas concepciones educativas y pedagógicas. De acuerdo a la adopción de un modelo u otro, tendrá que ver la forma en que se organicen, seleccionen y ponderen los componentes que conformen dicha planificación. Tomando en cuenta estas ideas, es que consideramos necesario pensar la posibilidad de concebir la planificación como oportunidad para generar nuevas tendencias pedagógicas. Creemos que la creatividad, como potencial humano es capaz de actuar como vehículo de innovación, aunque no de forma espontánea sino a través de un proceso planificado y sistematizado.

¿Qué es el design thinking?

Los docentes debemos asumir el desafío de enseñar para la escuela del siglo XXI, para lo cual es necesario pensar en nuevos formatos educativos. Proponemos entonces, esta modalidad de trabajo que se ha dado en llamar design thinking, concebida como una nueva herramienta pedagógica que nos permite planificar y gestionar junto a los estudiantes espacios áulicos, planes de estudios en forma creativa, partiendo de la reflexión crítica tanto del docente como de los estudiantes, propiciando situaciones en las que los mismos se apropien de sus procesos de aprendizaje y de los espacios educativos que habitan.

El design thinking, suele traducirse como “pensamiento de diseño”, el cual implica un proceso proactivo en busca de soluciones a una determinada problemática, a la vez que generar un impacto positivo en la comunidad de involucrados dentro del reto identificado. Se trata de un “enfoque que utiliza la sensibilidad del diseñador y sus métodos de resolución de problemas para satisfacer las necesidades de las personas de un modo tecnológicamente factible y comercialmente viable. En otras palabras, el design thinking es una innovación centrada en la persona.” (Brown, 2010).

De hecho, fue el profesor Tim Brown quien en 2008 utiliza el término en un artículo de la Harvard Business Review donde desarrolla el concepto por primera vez, como una innovadora estrategia empresarial que se fundamenta en tres pilares básicos: las personas/usuarios, tecnologías/herramientas y viabilidad. Los principios en los cuales esta metodología se apoya son los siguientes: empatía, imaginación, visualización, integración, aprendizaje interactivo y naturaleza interdisciplinar.

  • Empatía: refiere a la capacidad para percibir y tomar el lugar de los involucrados en la problemática identificada.
  • Imaginación: se trata de buscar soluciones que disten de los parámetros conocidos, expandir los límites que permitan dar con aquellas soluciones a la vez que posibles, novedosas.
  • Visualización: consiste en pensar cómo poner en juego determinadas alternativas a los problemas identificados.
  • Integración: capacidad de síntesis de aquellos aspectos y elementos que están incidiendo en el problema que se busca resolver.
  • Aprendizaje interactivo: se trata de un proceso de ensayo y error en el intento por encontrar la mejor de las soluciones.
  • Naturaleza interdisciplinar: cada uno de los participantes en el proceso de diseño, como de los involucrados en la problemática a solucionar podrá participar activamente, siendo relevante e importante cada uno de los conocimientos de quienes forman parte. Asume entonces, la posibilidad de poder nutrirse de otras disciplinas.


El design thinking posee algunos pasos capaces de ser identificadas durante el proceso de diseño, tales como: comprender o empatizar, definir, idear, prototipar y evaluar. Detengámonos en las características que le confiere a cada una de las etapas (Institute of Design at Stanford, 2012):

  • Empatizar: ser empático implica el diálogo, la observación, la escucha, no de una forma pasiva, sino siempre involucrado e intentando comprender la posición del otro. Esta etapa es central para el modelo planteado ya que no se puede diseñar sin conocer la posición, deseos, aspiraciones de todos los involucrados.
  • Definir: una vez que poseemos cierto conocimiento sobre el problema, el mismo debe ser definido, así como los conceptos que lo comprenden, no permitiendo lugar a la ambivalencia o confusión, dotando de coherencia a la información recogida. Este paso requiere de la capacidad de los participantes para determinar con claridad cuál será el desafío que perseguirá nuestro proyecto.
  • Idear: se trata del proceso de diseño propiamente dicho, es el momento en que se presentan conceptos definidos y recursos para generar propuestas innovadoras. En este momento se puede hacer uso de croquis, lluvia de ideas, mapas conceptuales que simulen y presenten las ideas para poder analizarlas y evaluarlas.
  • Prototipar: implica poner en dibujos, maquetas, artefactos, etc., es decir, a través de elementos que informen de nuestra intención de pretender dar respuesta, por lo tanto soluciones a la problemática identificada.
  • Evaluar: por último, se encuentra la etapa de evaluación, en donde se solicita a expertos, compañeros y demás involucrados sus opiniones. Debemos evaluar para redefinir prototipos e intentar dar mayores soluciones, para aprender más sobre el otro e intentar llegar a la resolución de nuestro reto.

En materia educativa, consideramos que este modelo, con las etapas expuestas, puede constituir una herramienta muy interesante, permitiendo que los estudiantes se involucren tanto en su proceso de aprendizaje, como en el propio proceso de planificación. Es decir, lograr que la planificación se mueva del lugar de lo estático, a pensarse como posibilidad de construcción colaborativa, significativa, capaz de ser rediseñada y de promover interesantes recorridos didácticos innovadores.

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Bibliografía:

Evanglina Méndez
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