Cosas de grandes: bullying y entorno laboral

Cosas de grandes: bullying y entorno laboral
Foto: Constantin Jurcut

Por Bernardo Tirado

El bullying no sólo sucede en el ámbito escolar, también sucede en el lugar de trabajo. Ya sea en una oficina o en un campo de fútbol, los compañeros de trabajo pueden estar acosando a otros compañeros. Según el Instituto de Acoso Laboral, o por su nombre en Ingles el «Workplace Bullying Institute», aproximadamente el 35% de la fuerza laboral de EE.UU. (un estimado de 53,5 millones de estadounidenses) informó ser acosado en el trabajo, adicionalmente un 15% son testigos de dichas prácticas, y además, en su última investigación encontró que el 68% de los agresores son hombres, y las agresoras de sexo femenino marcan como objetivo a otras mujeres en el 80% de los casos. [1]

El bullying tiene que ver con el poder y el control. Se puede manifestar en forma de abuso mental y/o físico. En el trabajo es más complicado que ocurra un maltrato físico ya que esto puede decantar en despidos o arrestos, en cambio el ataque psicológico tiende a ser la forma más frecuente de intimidación en estos espacios.

¿Por qué ocurre el bullying?

Esto ocurre cuando una persona (el agresor) cree que él o ella tiene poder o autoridad sobre otra (la victima). Los agresores buscan a personas que pueden manipular y controlar. Lo logran poniendo sus compañeros de trabajo a prueba, pruebas que no siempre son evidentes.

Un ejemplo puntual de ello es encontrarse en medio de una conferencia telefónica donde alguien nos hace una pregunta, y antes de que se pueda responder, la misma persona continua haciendo dos, tres, cuatro o más preguntas. Este cuestionamiento rápido se hace de manera deliberada con el fin de atrapar a alguien con la guardia baja y dejarlo en una posición de no saber lo que hace frente a otros. En principio parece que el individuo que hace las preguntas desea solo ser exhaustiva en relación a un tema en particular, pero el hecho de que no se le permita a la otra persona contestar nos hace cuestionarnos por su motivo latente.

El objetivo no deja de ser otro que ver hasta dónde puede presionar a la víctima. Si ésta reacciona y presiona al victimario, el agresor tiende a retroceder y cesar sus acciones, sin embargo, si no hace algo al respecto, es el momento donde el agresor consigue y fija el nuevo blanco para futuros y verdaderos ataques.

A diferencia de los terrenos de la escuela, donde los niños no son capaces de ocultar sus expresiones faciales, los agresores adultos actuan con su mejor “cara de póquer” y actitudes muy agradables. Los agresores son manipuladores, egoístas, y, en algunos casos, sociópatas. En reiteradas oportunidades uno puede no ser consciente de que está siendo atacado hasta que es demasiado tarde.

 ¿Cómo saber si se es víctima de bullying?

La intimidación puede ser tanto cara a cara, como también ir creciendo con el tiempo. Por ejemplo, se llega a un acuerdo con un compañero de trabajo que se va a entregar un proyecto el 15 de marzo a pesar de que lo que realmente desea es que la fecha sea el 1 de marzo. Posteriormente descubrimos que nuestro compañero ha enviado una nota al superior en donde agradece todo nuestro trabajo duro y que estamos planeando entregar el proyecto el 1 de marzo. Esta táctica coercitiva es una de las relacionadas con el bullying del tipo “cara a cara”.

El compañero de trabajo está haciendo camino forzándote a terminar en un plazo en el cual sabemos que es difícil, por lo tanto, sentando las bases para que no podamos concretarlo. En otras palabras, nos ha manipulado para hacer lo que él/ella quiere en el tiempo que desea.

El tipo de bullying que va creciendo con el tiempo es mucho más sutil. En la superficie se puede percibir que una persona esta solo siendo agresiva, pero con el tiempo, es una táctica para manipularte de manera que te alejes de su camino.

Por ejemplo, digamos que durante una reunión semanal de un equipo de trabajo, tu jefe dice “se hará una jornada de entrenamiento sobre nuevos procesos el próximo lunes, espero no oír frases al estilo ‘no sé cómo realizar mis tareas ya que nadie me las ha explicado’”. Adicionalmente, el tono condescendiente y protector lleva a uno a pensar que el superior no tiene buenas expectativas sobre ti o tu equipo, y que además cualquier queja en los nuevos procesos no será tolerada.

Este tipo oculto de bullying ocurre todo el tiempo, y es cuando alguien intenta que realicemos una tarea a partir de hacernos sentir culpables o incompetentes. Es muy difícil de detectar ya que está oculto detrás de algo que “suponemos” nos va a ayudar. Esto se convierte en un problema cuando nos descubrimos evitando a esta persona debido a que él o ella nos va a amenazar o cuestionar hasta que hagamos lo que él o ella desea.

 

 

¿Qué podemos hacer cuando somos agredidos en el trabajo?

  • Debemos cubrirnos: Tenemos que asegurarnos que no hay una razón para que puedan llamarnos problemáticos o mediocres. Cuando se estudia a las victimas, vemos fácilmente que los victimarios tratan de manipular la situación haciendo creer que es la victima quien tiene problemas. Debemos asegurarnos que podemos destacarnos en nuestro trabajo y que nuestro desempeño no está en juego.
  • Ponernos de pie: es fácil de decir pero es crítico que hagamos entender al agresor que no puede ponernos un pie encima. El primer paso es no sentir miedo de ponernos firmes en su contra. En el primer ejemplo sobre la persona que hace preguntas rápidas, una táctica es dejarlo terminar de preguntar antes de responder. Si las interrupciones continúan, una respuesta posible es “si deseas que te conteste todas esas preguntas, deberás dejarme contestar una antes de continuar con la siguiente”. No importa que es lo que uno le diga exactamente, pero el objetivo es hacer consciente que el agresor se está poniendo impaciente, tornando la atención hacia él podemos hacerle dar un paso hacia atrás.
  • Documentar, documentar, documentar: Cuando se busca elevar una queja hacia directorio o recursos humanos, lo primero que necesitamos son pruebas. Es importante mantener una bitácora de todos los incidentes. Tanto directorio como recursos humanos preguntarán si la queja ha sido llevada directamente con la persona implicada en los actos de acoso (el agresor). La respuesta en estos casos debe ser “si”, y esto es debido a que después de documentar estos actos, hay que dialogarlo con el agresor, ya que es importante darle la chance de corregir su comportamiento y, en caso de que continúe, se deberá escalar la denuncia al siguiente escalón.
  • Tener un sistema de apoyo: que un adulto sea acosado puede sonar ridículo para algunos, sin embargo es real. Cuando ocurre, es importante tener personas alrededor que nos apoyen y nos inciten a dar un paso adelante para detener esta situación. Un equipo de apoyo en el trabajo es crítico para tener éxito en estos problemas. Los compañeros de trabajo podrían no solo apoyarnos, sino que muchas veces pueden haber sido testigos de dichos comportamientos.
  • Último recurso, seguir adelante: Si nos encontramos batallando cuesta arriba ya que nadie en nuestro entorno nos cree o simplemente porque el ambiente no va a cambiar, tal vez sea hora de dar un paso al costado y seguir adelante. Esto puede sonar cobarde o como un escape, pero si ponemos las cosas en perspectiva, ha tomado años para que una persona se convierta en agresor y no va a cambiar de la noche a la mañana. Puede tomar años para deshacer esos comportamiento, y para que eso ocurra, el agresor debe querer cambiar. Solo porque se lo digamos no significa que esté listo para hacerlo.

El bullying ocurre de muchas formas: en persona, vía e-mail, en las redes sociales, en el teléfono, etc. Es importante saber que el bullying debe constatarse en reiteradas oportunidades antes de tomar medidas, esto es debido a que a veces podemos tener malos días, por lo tanto, es necesario dar el beneficio; sin embargo, si el comportamiento observado es continuo, entonces es momento de saber que tenemos un problema ante nosotros.

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Referencias:

  1. http://www.workplacebullying.org/wbiresearch/2010-wbi-national-survey/

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Fuente: Tirado, B. (2013). Bullying @ Work. Psychology Today. Recuperado 9 de diciembre de 2013, a partir de http://www.psychologytoday.com/blog/digital-leaders/201311/bullying-work

Bernaro Tirado
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Comentarios

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  1. Andrea Coppola Zícari
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    Muy práctico el artículo!!! Estaría bueno articularlo con la parte legal y las distintas organizaciones que hay en nuestro país en materia de acoso laboral; Hospital de Clínicas, Facultad de Derecho, Facultad de Psicología y gremios varios. Además existe una ley que sobre el tema. Ya que mucha gente desconoce los avances que se han realizado al respecto y las distintas formas de violencia en escenarios invisibles siguen ocurriendo…

    Gracias «articulando» por este espacio de difusión y reflexión de temas de interés para tod@s!!!!!!

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