Convivencia e infidelidad en tiempos modernos

Convivencia e infidelidad en tiempos modernos
Foto: splitshire.com

Por Andrea Coppola Zícari

El concepto de infidelidad proviene del latín “infidelitas y “se refiere a la acción que se produce cuando un individuo no respeta la fidelidad que le debe a alguien o algo”. Se espera de una persona fiel que actúe con lealtad y se comprometa con el otro.

En nuestra sociedad asociamos, en primera instancia, la palabra con el vínculo de  pareja, más allá que pueda aplicarse en otros ámbitos.

En el espacio psicoterapéutico así como en la vida misma, se pueden encontrar las más diversas respuestas, justificaciones, reacciones y consecuencias con respecto al tema, que marcarán una distancia, alejamiento, negación, aceptación, cercanía o reencuentro según como sea vivido por quienes participen de la trama en cuestión.

Todo vínculo de pareja estable vive cotidianamente la prueba del compromiso, que a diferencia de las producciones cinematográficas  de ficción,  no siempre saldrá fortalecido o con éxito.

Una de las grandes interrogantes es si la infidelidad ha aumentado, o en el tiempo en  que vivimos  se puede hablar con mayor libertad. Si bien no hay datos científicos de la misma, se reafirma que la verbalización del tema es más desprejuiciada y manifiesta que en otras épocas, tanto en hombres como en mujeres.

Nos encontramos en una sociedad con un gran desarrollo tecnológico y más abierta a la comunicación y al diálogo, resaltando un paralelismo en los lugares que ha ido ocupando la mujer con respecto al hombre. En ese sentido cuando la infidelidad es detectada por parte de la mujer, no se vive en forma escandalosa, sino que su valoración es la misma que le correspondería al hombre.

 

 

A través de los avances científicos en lo que refiere a la salud sexual, respuestas médicas y corrientes psicológicas para el abordaje psicoterapéutico, se ha logrado hablar más de la pareja, lo que no significa que haya más casos de infidelidad.

Así como se habla de parejas infieles, también están las parejas fieles con fantasías de infidelidad que no se concretan.

También encontramos aquellos vínculos de pareja en las cuales conviven con la infidelidad de manera explícita e implícita siendo un pacto entre ambas partes, que encierra múltiples beneficios secundarios y que en cierta forma sostienen la relación con esta variante.

En ocasiones se manifiestan consecuencias devastadoras cuando hay hijos de por medio, tomando partido de la situación, sin diferenciar que la infidelidad es una traición al contrato de pareja, no a la familia.

Frecuentemente nos preguntamos si la infidelidad está instalada por uno o ambos miembros de la pareja desde antes o después de la relación. Desde el enfoque psicoterapéutico sistémico se parte del concepto de que cada una de las partes conlleva una forma de funcionamiento que se inicia en una edad muy temprana de la vida (desde la niñez), y continúa su proceso en la etapa adulta. Los modelos identificatorios de pareja en muchos casos se toman al pie de la letra, y en otros, por oposición, logran marcar la diferencia, sobre todo cuando logran ser conscientes o surge la necesidad personal de no repetir modelos.

Cuando dos personas deciden consolidar un vínculo de pareja estable, hablamos de unión legal (por la consolidación del matrimonio) o unión libre, pero en ambas existe un contrato que no siempre cuenta con toda la información acerca de si es el “contrato que les sirve a ambos”; cuando la base de los cimientos de la pareja no es sólida, no logrará sostener la edificación. La ausencia de sinceridad, con nosotros mismos y con la pareja, muchas veces da lugar a que la infidelidad se instale. El concepto de “pareja” viene de dos partes parejas, que frente a la presencia de diferencias e información con la que no se cuenta acerca de la infidelidad, amenazará con su permanencia y proyección en el tiempo.

Por su parte existen mitos, creencias y realidades con respecto al tiempo prologando de estar junto al otro: que se pierde la libertad, la diversión, la juventud, el atractivo de la vida sexual, que dependerán de como se posicione cada una de las partes frente al otro, pudiéndose cuidar para cuidar, sin perder la autonomía, con el desafío de la convivencia diaria con todos sus condimentos y escenarios.

Convivir con la mentira que conlleva guardar el secreto de la infidelidad representa para muchas personas una carga insostenible, acompañada de culpa, angustia, ansiedad persecutoria, que determinará su confesión. Para otras representará una negación total, disociación, no asumir los compromisos de la vida adulta y justificación permanente de “buscar en el afuera lo que no tienen en casa”.

La convivencia pone en juego todo el tiempo que una vivencia maravillosa  pierda rápidamente el encanto. Y en ese sentido será que lo atractivo comience para algunas personas, a visualizarse en el afuera.

El llamado “período de conquista” no dura para siempre,  sin embargo, si logramos trascender y crecer juntos, conectarnos con el placer que me genera y le genero al otro, tomar decisiones conjuntas, involucrarnos, crear y recrear el proyecto de vida en común, sí valdrá la pena.

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Bibliografía:

  • Carrel, A. Lo íntimo, lo privado y lo público, Revista AAPPG, Vol. XVI, nº 1-2,1993.
  • Madanes, C, Terapia familiar estratégica, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2001
  • Minuchim, S. Familias y Terapia Familiar Ed. Paidos, 2004
  • Umbarguer, K Terapia familiar estructural. Ed. Amorrortu, 1987

Andrea Coppola Zícari

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