“Cada átomo de silencio es la posibilidad de un fruto maduro”

“Cada átomo de silencio es la posibilidad de un fruto maduro”
Ilustración: Laura Sandoval

Por Stefanía Molina (Texto) y Lorena Figueiras (Esculturas)

Para un momento de vulnerabilidad…

“Cada átomo de silencio es la posibilidad de un fruto maduro”
Simone de Beauvoir – La mujer rota.

Siempre me resultó difícil encontrarme, lidiar con mi cuerpo, con mis ideas, con mis deseos. Plasmarme fue la única posibilidad para salvarme y volver a nacer, ser lo que quiero, como quiero, empezar a ser yo misma, liviana, apasionada, despojada de miedos. Entendiendo entonces que la vida es, al menos una.

Años de la historia en los cuales las mujeres permanecimos sujetas y distraídas en torno al hogar, a las tareas domésticas…en silencio…tan necesario para comprender la subjetividad femenina. Esperé y esperé, ahora me frustro cuando no puedo ser.

En la base de nuestra cultura se encuentra el rechazo por el orden de lo femenino, se fabrican “instintos”, “esencias” que iluminan a las mujeres con el deber ser para otros. La misoginia hace que los varones intenten diferenciarse de nosotras para no caer en la inferioridad. No es simple dejar de sentirme enredada, enroscada, abierta y cerrada a la vez. Mi cultura atravesada por influencias mediterráneas, por el autoritarismo que impacta en cada recoveco de mi vida.

Nada de buscar la autoperpetuación y la desigualdad. Debo amar a otras mujeres, tengo para eso que amarme y amar hasta el silencio que en su momento me hizo cómplice, sobreviví y ahora ya no me callo. Digo y hablo sobre mis dramas, mis cadenas y mis angustias para dejar de experimentar opresión.

No quiero ser nombrada ya más por el androcentrismo retrógrado que me estanca, que me juega en contra, que no me permite sentirme libre, entera y ya no, rota. Quiero mis propias palabras, mis códigos para no sentirme ya más vulnerable, incapaz. A veces adhiero a esa frase que circula por allí que, los límites del lenguaje son los límites de mi mundo. Es así que me levantaré a decir que ahora no más y a construir nuevos caminos útiles pero sobre todo motivados por mis deseos.

Nada de falos ausentes…mi boca se abre, mis piernas también, mis brazos irán a construir mis manos y mis piernas diseñarán mis pies para estar siempre conectada con mi existencia, con mis dolores pero también y sobre todo con mi fuerza.

Para un momento de fortaleza…

 

Stefanía Molina
Lorena Figueiras
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